El Luchador (The Wrestler)
Dirigida por Darren Aronofsky (“PI”, “Requiem for a Dream”, The Fountain”) “El Luchador” nos cuenta la historia de Randy “The Ram” Robinson (Mickey Rourke), un profesional de la lucha libre que llegó a tener status de estrella en los años ochenta, pero que 20 años después apenas puede pagar la renta. Randy sigue luchando pero en círculos bastante decadentes que producen poco dinero y muchas lesiones físicas. Después de una emergencia médica, y en el fin de su carrera, nuestro protagonista trata de acercarse a una hija que apenas conoce (Evan Rachel Wood) y construir una relación sentimental con una stripper (Marisa Tomei) que, al igual que Randy, se encuentra en un punto álgido de su desempeño profesional .
“El Luchador” es un duro drama que nos presenta a un personaje solitario que trata de enmendar errores pasados y buscar algo de estabilidad en su vida. En manos de un director convencional la historia de Randy se podría haber convertido en un melodrama sensiblero lleno de lugares comunes, pero con Aronofsky al mando el resultado es descarnadamente real. El mundo donde se desenvuelven los personajes es sombrío y nada complaciente. La lucha libre está retratada desde un punto de vista intimista y casi documental. Aunque la violencia de esta actividad es coreografiada, la película nos muestra que los riesgos físicos que corren los luchadores son reales y en algunos casos inclementes. Aronofsky no se cohíbe en poner al descubierto el lado grotesco de la lucha pero se cuida de no satanizarla ni condenarla. Lo mismo se aplica en la forma en que el hábil director construye el recorrido dramático de los personajes de su historia.
Marisa Tomei se desnuda, física y emocionalmente, y nos ofrece una interpretación merecedora de todos los elogios y reconocimientos que ha recibido por parte de la crítica especializada. La bella actriz expresa la frustración y las dificultades interiores de su personaje con absoluta credibilidad. Evan Rachel Wood, como la melancólica y resentida hija de Randy, realiza una excelente labor complementaria.
No creo que exista una persona que haya podido interpretar a Randy mejor que Mickey Rourke. Las similitudes entre las vidas profesionales del personaje y el actor son obvias y Rourke parece estar drenando sus propios demonios a través de esta fenomenal interpretación. Aquí vemos a un actor totalmente inspirado brindando el 100% de sí para crear un personaje real, imperfecto, y difícil de olvidar.
Hay un solo aspecto del filme que me pareció algo fuera de lugar: Un discurso del protagonista en los minutos finales que, en mi opinión, no se corresponde con el tono crudo y sin concesiones que el relato mantiene constante hasta ese momento. Sin embargo esto no hiere de manera significativa a la obra. “El Luchador” es una película sólida que ofrece un drama humano bien construido y a un Mickey Rourke en el papel más importante de su carrera.
Ramiro Cardozo B.-