Racine Ccs

Thursday, February 23, 2017

Sin Nada Que Perder (Hell or High Water).

Resultado de imagen para Hell or High Water Movie Poster


"Sin Nada Que Perder” (también titulada en algunos países latinoamericanos como “Enemigo de Todos”, o “Comancheria”) es un western moderno de modesto presupuesto que en mi opinión es una de las mejores películas norteamericanas del 2016 (Tal  vez la mejor).

El filme cuenta la historia de los hermanos Howard, Toby (Chris Pine) y Tanner (Ben Foster), que para no perder su granja familiar han planeado varios asaltos a sucursales de un Banco local. Una vez que comienzan a realizar los robos entra en escena el veterano oficial Marcus Hamilton (Jeff Bridges) que, junto a su compañero Alberto Parker (Gil Birmingham), lidera la investigación.

Lo anterior es una premisa común, pero esta obra maneja el tema con una perspectiva fresca, entretenida, y muy inteligente. La hábil dirección de David Mackenzie y el cuidado guion de Taylor Sheridan brindan un relato lleno de tonalidades que, de manera simple pero contundente, aborda temas como la pérdida de identidad cultural, la dura situación económica de los estados rurales de EEUU, el injusto trato que históricamente han recibido los indios norteamericanos, la voracidad del sistema bancario, y los sentimientos opresivos que generan la pobreza y la incertidumbre ante la jubilación. Nada de lo anterior es expresado de manera tediosa, todo lo contrario. Muchos de los temas mencionados son ilustrados a través de diálogos llenos de ingenio y humor.

La construcción de los personajes es simplemente maestra. Los individuos que mantienen la ley, y los que están fuera de ella, son representados en sus distintas dimensiones. No se glorifica ni se sataniza a ninguna de las partes. Las motivaciones de cada uno de los protagonistas se expresan de manera clara y con autenticidad.

No se consigue una sola actuación floja en esta pieza. Chris Pine y Ben Foster están perfectos como los hermanos Howard. Pine interpreta al menor del par y cerebro del modus operandi de los robos. Él es racional y calmado, pero no duda en reaccionar cuando la situación lo amerita. Por su parte Foster es el musculo de los asaltos. Un ex presidiario con un carácter volátil y violento capaz de hacer lo que sea por su hermano. La química entre ambos es palpable y su interacción en pantalla fantástica. Del otro lado de la ley está el gran Jeff Bridges que en su papel del Sheriff Marcus Hamilton nos ofrece una actuación fenomenal. Bridges construye el retrato de un veterano de mil batallas en puertas del retiro, astuto e intuitivo, que disfruta molestando a su compañero Alberto con chistes raciales sin que esto disminuya el respeto y afecto que siente por él. Gil Birmingham, el menos conocido del cuarteto protagónico, tiene una sólida participación como Alberto. Sus escenas con Bridges se desarrollan de manera muy natural y producen momentos jocosos y reflexivos.

“Sin Nada Que Perder” tiene elementos de Western, Thriller, y Drama. Todo esto aderezado con una fuerte sensibilidad social. Una película redonda, desde todo punto de vista, que divierte y hace pensar en igual medida. Brillante.


Ramiro Cardozo B.-

Monday, February 20, 2017

La Llegada (Arrival).


Doce naves provenientes del espacio se ubican flotando a pocos metros del suelo en distintos puntos del Globo Terráqueo. Una de ellas se localiza en EEUU específicamente en el Estado de Montana. El gobierno recluta a varios científicos e investigadores, incluyendo a la Dra. Louise Banks (Amy Adams) experta en lingüística. El papel de la mencionada profesional es tratar de descifrar el lenguaje de los extraños seres que habitan en las naves y averiguar las intenciones de su visita.

Lo anterior es una forma sencilla de resumir la trama de “La Llegada”. Pero lo que se desarrolla en pantalla va mucho más allá. Dirigida por el talentoso Denis Villeneuve, en mi opinión uno de los mejores realizadores trabajando en la actualidad, la película utiliza la premisa anterior para hablar más de la naturaleza humana que de seres del espacio.

El filme toca temas como la pérdida de seres queridos, familia, maternidad, y una noción muy interesante de que el tiempo puede ser un camino no cronológico o lineal. La historia también tiene una posición pacifista, de tratar de entender lo desconocido en lugar de destruirlo. Esto puede sonar como una filosofía ingenua o algo romántica pero el guion, escrito por Eric Heisserer y Ted Chiang, maneja sus teorías con lógica, inteligencia, y mucha sensibilidad.

La cinematografía, dirección artística, efectos visuales, y demás elementos de producción, son impecables. Villeneuve y colaboradores crean una atmosfera envolvente llena de imágenes misteriosas y evocadoras.

El motor de esta pieza es el personaje de la Dra Banks y Amy Adams lo lleva adelante con absoluta eficiencia. La intérprete se mete en la piel de una persona extremadamente inteligente que parece estar herida en su mundo afectivo y que busca con determinación resolver los acertijos que se le presentan. Para mí fue una sorpresa ver que la Academia le negara una nominación a Mejor Actriz por este excelente trabajo. Forrest Whitaker como el militar a cargo, y Jeremy Renner como uno de los integrantes del grupo de científicos, realizan una muy buena labor, pero es Adams la que realmente se lleva todos los honores.

“La Llegada” es un ejemplo de Ciencia Ficción inteligente, reflexiva, y profundamente humana. Una película que exige atención pero que termina siendo una experiencia enriquecedora que no es muy común en el cine actual.



Ramiro Cardozo B.-

Saturday, February 18, 2017

La La Land.



Mia (Emma Stone) es una aspirante a actriz que va de audición en audición buscando ser descubierta. Sebastian (Ryan Gosling) es un músico amante del Jazz que tiene que interpretar piezas ajenas a su gusto, en sitios nocturnos y fiestas privadas, para pagar la renta. Ambos se conocen y establecen una relación romántica mientras buscan materializar sus sueños en cada uno de sus campos artísticos.

La premisa anterior ha sido contada muchas veces, pero el joven director y escritor Damien Chazelle (Whiplash) maneja su relato de manera inspirada utilizando elementos de los grandes musicales de la época dorada de Hollywood y los combina con un sabor actual. La película desarrolla la trayectoria personal, y como pareja, de sus protagonistas con elegancia, elocuencia emotiva, y un estilo visual impresionante.

La estética del filme además de ser hermosa, refleja el mundo interior de Mia y Sebastian en las distintas etapas de su relación y de su lucha por ser fieles a sus sensibilidades artísticas.

Los números musicales están coreografiados con gran habilidad y no buscan  ser deslumbrantes por si solos sino funcionar como instrumentos narrativos que construyen una historia que siempre se siente cercana y honesta. Chazelle combina lo anterior con diálogos, exentos de música, muy bien escritos que robustecen todo lo que transpira en pantalla.

Emma Stone y Ryan Gosling habitan sus personajes con una entrega total. La pareja se mueve con gran naturalidad a lo largo de la pieza y logran brillar tanto en sus escenas conjuntas como individuales. La química entre ambos es sencillamente especial y, junto con la dirección de Chazelle, es la razón principal por la cual esta película funciona tan bien.

“La La Land” es una obra hecha con una sólida visión artística que nos regala una historia que habla del amor, mostrando sus matices idílicos y reales, y de la importancia de no traicionar nuestra esencia personal y creativa. 



Ramiro Cardozo B.-

Hasta El Último Hombre (Hacksaw Ridge).

Resultado de imagen para Hacksaw ridge Movie Poster


Desde “Apocalypto”, estrenada hace poco más de 10 años, Mel Gibson no asumía el rol de director. El artista estuvo alejado, o podríamos decir execrado, de las altas esferas de Hollywood durante años por sus controversiales comentarios anti-semitas cuando fue arrestado por manejar en estado de ebriedad, una publicitada grabación donde insultaba de manera desmedida a su ex-novia con expresiones racistas, y comentarios homofóbicos obviamente muy mal recibidos por la comunidad gay.

Desde entonces el famoso actor-director ha ido recuperando terreno, pidiendo disculpas públicamente por sus acciones atribuyéndolas a colapsos emocionales, protagonizando películas de modesto presupuesto, y participando en papeles de villano en películas como “Machete Kills”, y “Los Indestructibles 3”.

Después de esta introducción farandulera, podemos decir que el 2016 ha sido un año definitivo de redención para Gibson que con su último trabajo detrás de las cámaras, “Hasta El Último Hombre”, parece haber hecho las paces con la industria cinematográfica norteamericana obteniendo 6 nominaciones a los premios de la Academia, incluyendo Mejor Película, Mejor Actor (Para Andrew Garfield) y Mejor Director para él.

Con este nuevo trabajo como realizador, Gibson parece sentirse como pez en el agua ya que maneja sus temas favoritos: La Violencia y la Religión. El filme, ambientado en la Segunda Guerra Mundial, cuenta la historia real de Desmond Doss (Andrew Garfield) un joven que se enlista voluntariamente para servir en la guerra con la intención de brindar atención médica a los heridos. Ya en el ejército Desmond es asignado a una tropa de batalla y en los entrenamientos se niega, por principios religiosos, a portar un arma. Desde ese momento es mal visto por sus superiores, y compañeros de tropa, quienes lo catalogan como loco y cobarde, tratando de forzarlo a renunciar. Después de varios giros dramáticos a Doss, que se mantiene firme en sus principios, se le concede el permiso de servir como asistente médico. Una vez en el campo de batalla nuestro protagonista se dedica a salvar la mayor cantidad de vidas posibles, destruyendo los juicios y conceptos iniciales que sus compañeros y superiores tenían sobre él.

Gibson no es un director de sutilezas. Su estilo es directo, visceral, y altamente violento. Aunque estas tendencias puedan no ser afines con algunos espectadores, en esta historia en particular funcionan como anillo al dedo. Al introducir un férreo principio de “no matar” en un escenario de brutal carnicería, el director contrapone, al máximo, los horrores de la guerra con los principios morales de un hombre que decide no contribuir con la muerte sino colaborar con la vida.

Aunque se pueden conseguir algunos lugares comunes, como el algo edulcorado romance inicial o el concepto que un bando representa a los buenos y el otro a los malos, la película logra trascender estos estereotipos porque nunca pierde de vista a su personaje central y lo construye de manera totalmente creíble. La actuación de Andrew Garfield es sencillamente excelente. Sus escenas antes de ir a la guerra, donde su personaje defiende sus principios, son sólidas y en momentos conmovedoras. Una vez en batalla, el actor utiliza sus expresiones faciales para transmitir su dolor y su confusión ante las atrocidades de la guerra, además de su determinación por ayudar a sus compañeros caídos. El resto del reparto, que incluye a Teresa Palmer, Vince Vaughn, Hugo Weaving, y Sam Worthington, realiza una muy buena labor, especialmente Weaving en el papel del padre de Desmond.

“Hasta el Último Hombre” es una película bélica de muy buena factura cuyos principales atributos son la increíble historia real de su personaje central, la enérgica dirección de Gibson, y la inspirada interpretación de Andrew Garfield.


Ramiro Cardozo B.-  

Wednesday, February 08, 2017

Manchester junto al Mar (Manchester By The Sea).


Muchas películas que hablan sobre el dolor de la pérdida de un ser querido, o la manera en que determinados individuos lidian con situaciones trágicas, suelen coquetear con la cursilería, ser extremadamente melodramáticas, o simplemente artificiales. Este no es el caso de “Manchester junto al Mar”.

El director y guionista Kenneth Lonergan nos ofrece un drama que se siente tan real, desde el punto de vista emotivo, que por momentos es difícil y doloroso de ver.

El filme nos introduce en la vida de Lee Chandler (Casey Affleck) un ser solitario que trabaja como conserje en un conjunto de edificios en Boston, y que debe viajar a su ciudad natal cuando es informado que su hermano Joe (Kyle Chandler) ha fallecido. Una vez allí se entera que Joe, en su testamento, ha dispuesto que él sea el tutor legal de su hijo adolescente Patrick (Lucas Hedges).

Lo descrito en el párrafo anterior es solo el comienzo de “Manchester junto al Mar”. La historia se adentra en el alma lastimada de un hombre que, además de verse obligado a cuidar de su sobrino, debe enfrentarse a las realidades de un pasado que comienza a revelarse a medida que avanzan los minutos.

Creo que esta película puede definirse como una disección del dolor que puede sentir un ser humano al vivir situaciones irreversibles. La dirección y el guion de Lonergan son impecables. La historia se desarrolla pausadamente y con mucha atención a los detalles, lo que permite que realmente nos adentremos en las emociones, o falta de ellas, del protagonista y los demás personajes que giran a su alrededor.

El reparto es irreprochable. El joven Lucas Hedges, como Patrick, transmite la frustración, desorientación, terquedad, e incertidumbre de un adolescente que pierde la estabilidad que representaba su padre. Michelle Williams, como figura fundamental en el pasado de Lee, tiene una corta pero encomiable participación. Y Casey Affleck está perfecto en el papel de Lee. El actor ofrece un retrato conmovedor de una persona muerta en vida que debe sacudir su espíritu vacío para tratar de cumplir con la voluntad de su hermano recién fallecido. Una interpretación memorable.

Vale la pena advertir que esta no es una obra complaciente. Lonergan y compañía no siguen las formulas preestablecidas que Hollywood suele utilizar en este tipo de historias. No hay redenciones grandilocuentes, recuperaciones milagrosas, ni un final donde todos son felices para siempre. La trayectoria emocional del protagonista, consigo mismo y con los demás, es pausada y orgánica. Si podemos ver cambios y signos de sanación, pero los mismos son muy sutiles y no están destinados para alegrar a la audiencia. Todos los caminos escogidos por el director tienen como destino construir un relato real y coherente que nunca traiciona a sus protagonistas.

Para aquellos espectadores que buscan relatos reales y honestos sobre el comportamiento humano, por duros que sean, este es un título imperdible.


Ramiro Cardozo B.-

Monday, February 06, 2017

Talentos Ocultos (Hidden Figures).



“Talentos Ocultos” cuenta la poco conocida historia de tres mujeres afroamericanas que jugaron un papel importante en los intentos de la NASA por enviar a un grupo de pilotos norteamericanos al espacio.

La película transpira en los turbulentos años de la lucha por los Derechos Civiles de los ciudadanos afroamericanos en EEUU, e ilustra las dificultades y desventajosas condiciones que el trio protagónico tuvo que enfrentar para poder ser tomado en cuenta y contribuir de manera contundente a los esfuerzos por lanzar misiones exitosas al espacio exterior.

La dirección, a cargo de Theodore Melfi (St. Vincent), es correcta y maneja la trama de manera fluida y con sensibilidad. Aunque no hay nada revolucionario o especial, desde el punto de vista narrativo, la historia se encuentra bien contada e involucra al espectador de principio a fin. La recreación de la época, y los elementos de producción, son de primer nivel.

Sin restarle méritos a lo anterior, los verdaderos highlights de esta obra son su inspiradora historia real, y las interpretaciones de los tres personajes centrales. Octavia Spencer (como Dorothy Vaughan, primera mujer negra en supervisar el Centro de Recopilación de datos IBM en la NASA), Janelle Monáe (como Mary Jackson, primera Ingeniero de color en trabajar en el Programa Espacial), y Taraji P. Henson (como Katherine G. Johnson, genio matemático que calculó las trayectorias de salida y entrada de los primeras misiones espaciales, incluyendo el vuelo a la luna del Apollo 11) realizan interpretaciones impecables. Cada una de estas actrices hace honor, de manera dedicada y absolutamente creíble,  a las mujeres que rompieron barreras raciales gracias a su innegable talento y determinación.

Kevin Costner realiza una sobria y sólida labor en el papel de jefe de los ingenieros y matemáticos responsables de los lanzamientos espaciales. Kirsten Dunst brinda un buen trabajo en su papel de Supervisora con poca disposición a cambiar su visión del orden social imperante. El único intérprete débil de la pieza, en mi humilde opinión, es Jim Parsons. En todas las interpretaciones que le he visto, fuera de la pantalla chica, Parsons parece solo capaz de hacer pequeñas variaciones de Sheldon (personaje de la popular Big Bang Theory, que lo hizo famoso). Su participación es deslucida y el actor parece estar fuera de ritmo en la mayoría de sus escenas. Afortunadamente, sus compañeros de reparto se encargan de compensar esta falla.

“Talentos Ocultos” es una película correcta, que cuenta una hermosa historia donde el talento y la perseverancia son herramientas para ver más allá de los prejuicios. La relevancia de su contenido y la labor de sus tres protagonistas, la hacen muy recomendable. 



Ramiro Cardozo B.-