Friday, January 31, 2020

Jojo Rabbit

Cartel de Jojo Rabbit - Poster 2 - SensaCine.com


"Jojo Rabbit", la nueva película del realizador neozelandés Taika Waititi (“What We Do in The Shadows”, “Thor: Ragnarok”), puede resumirse así:  Un niño llamado Jojo (Roman Griffin Davis), adoctrinado en las filas de la juventud nazi, descubre que su madre Rosie (Scarlet Johanson) tiene a una niña judía llamada Elsa (Thomasin McKenzie) escondida en su casa. La interacción con la mencionada niña y el pensamiento progresista de su madre hacen que el pequeño comience a cuestionar los principios de intolerancia que el idealismo nazi trata de inculcarle. Lo anterior se encuentra aderezado con un elemento fantástico: Para lidiar con su soledad, y un entorno que no comprende del todo, Jojo tiene un amigo imaginario que es el mismísimo Adolf Hitler (interpretado por el propio Waititi).

Lo anterior se desarrolla a través de una comedia satírica que en momentos funciona bastante bien. Hay secuencias de humor puro como un entrenamiento donde se mal utiliza una granada, o una idiota inspección de la SS en una casa, que funcionan de mil maravillas Adicionalmente hay un par de personajes de reparto que le dan profundidad al relato y cada vez que aparecen elevan lo que transpira en pantalla. Uno es el Capitán alemán Klenzendorf (el gran Sam Rockwell) quien al principio se presenta como un inepto y después nos damos cuenta que es una fachada para conservar su humanidad en un mundo absurdo. Y el otro es un niño, amigo de Jojo, llamado Yorki (Archie Yates) quien cada vez que abre la boca dice algo extraordinario.

Waititi como el Hitler imaginario es una buena idea. Que una persona de origen maorí represente al Führer es un agudo toque satírico que se utiliza para ridiculizar la idea de que el mundo fuera gobernado por una raza aria pura. Pero debo decir que, después de la primera hora, este recurso comienza a sentirse sobre utilizado y pierde algo de trascendencia en la narrativa.

Roman Griffin Davis desarrolla el rol protagónico de manera destacada y Thomasin McKenzie está correcta como Elsa. Scarlet Johanson como Rosie, la verdad no me convenció del todo. Su inglés con acento alemán no es uniforme y a veces pareciera que se limita a ofrecer una imagen idílica y perfecta sin profundizar demasiado en las emociones de la mujer que recrea.

A pesar que esta es una película que tiene momentos artísticos bien logrados y no hay que negar que Waititi es un realizador valiente y peculiar, hay elementos melodramáticos que no combinan bien con la parodia. Esto se hace realmente evidente en los últimos 30 minutos donde, a mi parecer, el relato pierde foco de manera estrepitosa. En la recta final el director cede a una cantidad de clichés que se sienten extremadamente cursis, forzados, y sin cohesión con los bríos iniciales.

“Jojo Rabbit” tiene pasajes sólidos y un mensaje importante de gran corazón, pero sus ingredientes no me parecen bien mezclados y presenta una conclusión tan azucarada que puede compararse con un coma diabético.  


Ramiro Cardozo B.-