Estafadoras de Wall Street (Hustlers)
En el 2007 una joven stripper llamada Destiny (Constance Wu) comienza a trabajar en un exclusivo club para caballeros en Nueva York, cuyos clientes son primordialmente corredores de bolsa de Wall Street. Inicialmente su falta de experiencia no le permite tener buenos dividendos. Esto cambia cuando conoce a Ramona (Jennifer López), una astuta experta del Pole Dance y el arte de seducir, quien la protege y enseña las maneras más apropiadas para lograr abultadas ganancias. Al comienzo de su sociedad ambas mujeres, junto a un par de compañeras, idean estrategias para exprimir el dinero de los peces gordos de la Bolsa en sesiones eróticas privadas. Todo va de maravilla hasta que llega el 2008 y la debacle económica. Para contrarrestar la crisis Ramona incluye en sus tácticas drogar a sus clientes con Ketamina para inducirlos a vaciar sus bolsillos y enriquecerla a ella y a su grupo de cómplices. Esta es la premisa, inspirada en una historia real, de “Estafadoras de Wall Street”.
La directora Lorene Scafaria
crea un mundo que, desde un punto de vista estético, tiene chispa y energía. La
edición es buena, y la utilización de la música imprime cierto dinamismo a la
historia. Jennifer López ofrece la mejor actuación de su carrera. Esta
afirmación puede no resultar tan contundente o positiva si tomamos en cuenta
que sus trabajos como interprete durante más de 20 años han sido mediocres
(solo “Selena” y “Out of Sight” son las excepciones). Pero al Cesar lo que es
del Cesar, López se desenvuelve con soltura y saca adelante su personaje de
manera comprometida. Me parece
importante resaltar que para dar vida a Ramona se requería un buen
acondicionamiento físico y la actriz luce increíble a sus 50 años. Hasta aquí
llegan los elementos rescatables de esta pieza.
“Estafadoras de Wall Street”
se ha vendido como una película sobre empoderamiento femenino y algunos
críticos la han elogiado por eso. Lo primero que pensé después de verla fue:
¿qué? Es todo lo contrario. Aquí no hay
un desarrollo serio de motivaciones que analicen las acciones de las
protagonistas de manera redonda ni las lleven al campo del empoderamiento. Las
justificaciones para la decisión de drogar a sus víctimas son pobres e insulsas.
También hay un concepto del éxito extraordinariamente banal. La supuesta fuerte
amistad entre Ramona y Destiny no luce creíble. El recurso de contar la
historia a través de flashbacks está utilizado de una manera tan deficiente que
termina siendo una distracción. Y si bien es cierto que muchos hombres con
poder económico son unos idiotas que tratan a las mujeres como objetos,
Scafaria recurre a la maniobra barata de caricaturizar a todos sus personajes
masculinos en pro de hacer lucir a sus protagonistas como heroínas. Agrego que
la interpretación de Constance Wu en el rol central de Destiny es poco
convincente.
Aclaro que no estoy
argumentando en contra del mundo que la película recrea. Creo que hay muchas
historias humanas, y ricas narrativamente hablando, nacidas de las experiencias
de las mujeres que por diversas razones se dedican al campo aquí expuesto. Es
un universo que puede explorarse con comprensión, respeto, y que termine diciendo
algo revelador, profundo, o sencillamente empático. La película de Scafaria no
hace esto. En mi opinión, más bien afianza los estereotipos que supuestamente
quiere romper.
“Estafadoras de Wall Street”
es una película con muy poca sustancia y querer definirla como una historia de
empoderamiento de la mujer me parece muy desacertado. Una película reciente que
habla de empoderamiento femenino y dice cosas relevantes sobre el tema, con
humor ligero e inteligencia, es “Late Night” de Nisha Ganatra protagonizada por
Emma Thompson y Mindy Kaling. No es una obra perfecta, pero con mucho mas valor
que lo Scafaria propone.
Ramiro
Cardozo B.-
<< Home