Roma
“Roma” es el último trabajo del mexicano Alfonso Cuaron que, además de dirigir la pieza, también funge como Director de Fotografía y firma el guion. En una época donde el contenido cinematográfico, televisivo, y de plataformas no lineales, está prácticamente dedicado a súper héroes y franquicias que garanticen un retorno monetario multimillonario, una obra como esta es sencillamente una bendición para aquellos que ven el cine como más que un mero entretenimiento.
La película es en apariencia sencilla,
pero con una profundidad emotiva y visual realmente conmovedora. La intención
no es contar una historia con una premisa concreta, un desarrollo tradicional,
y un final que cierre herméticamente. Lo que Cuaron hace es introducirnos a la
cotidianidad de una familia, a un modo de vida, a una época especifica con sus
ritmos sociales y políticos. Todo esto visto a través de los ojos de una
domestica llamada Cleo (Yalitza Aparicio). La manera en que la película está
narrada hace que como espectador uno se olvide que está viendo a actores
representando a personajes. La sensación es que fuiste transportado en el tiempo
a una Latinoamérica que ya no existe y que eres testigo de las alegrías,
costumbres, y contradicciones, de una familia real, sin ningún tipo de
artificios.
El ritmo es deliberadamente pausado ya
que el interés del cineasta es que nos empapemos con el día a día de los
personajes sin tomar atajos que minimicen o editen su esencia. La inversión que
hace el espectador de seguir sin prisa lo que sucede en la primera mitad de la
obra se ve recompensada más adelante y de manera contundente. Conocer las condiciones
de vida de los personajes y la manera en que se desenvuelven diariamente hace
que los cambios, situaciones relevantes, y reconocimientos emocionales que
Cuaron expone en la segunda mitad tengan un mayor impacto.
Desde el punto de vista estético se
quedan cortas las palabras para describir a “Roma”. Las composiciones visuales,
con cinematografía en blanco y negro, son sencillamente espectaculares. No solo
son bellísimas por si solas, sino que contribuyen a desnudar el mundo interno
de los personajes, sus esperanzas, frustraciones, e incertidumbres.
Según el propio Cuaron la obra está
basada, en un 90%, en su propia familia y sus vivencias en D.F, específicamente
en la Colonia Roma a comienzos de los años 70. La familia del filme está
conformada por una madre, 4 hijos, abuela, un padre itinerante, y la domestica
que, en ocasiones, ofrece a los niños una figura materna más estable que su
patrona. Para dar vida a los miembros de este conjunto familiar, y demás
personajes periféricos, se recurrió a actores no profesionales con excepción de
la impecable Marina de Tavira (La Madre) que tiene créditos previos en cine y
televisión. Esto para brindar mayor naturalidad y trabajar con instintos
primarios que no respondan a entrenamientos ni técnicas actorales.
Le escogencia de Yalitza Aparicio para
representar a Cleo, después de cientos de audiciones, es tan acertada que es
casi mágica. Esta joven de raíces indígenas tiene una imagen empática que conecta
desde el primer segundo en que la cámara la capta. Su labor es fluida, natural,
y absolutamente comprometida. Un trabajo que se queda tatuado en la memoria. La
esplendida labor de Yalitza se hace más tangible por la manera en que está
escrito su personaje. Aquí no hay una mirada condescendiente hacia Cleo ni
hacia su rol como doméstica. Aunque su labor dentro del hogar es, en ocasiones,
menospreciada, el guion la reviste de una integridad que no se doblega ni en
los momentos más difíciles. Hay una escena magníficamente ejecutada, que
transcurre en una práctica de artes marciales en un campo polvoriento, donde la
fortaleza y serenidad interna de nuestra protagonista se hace evidente de una
forma poética. Para mí, Cleo es la verdadera “Mujer Maravilla”
Esta película, en mi humilde opinión,
es una absoluta joya. No solo de lo mejor del 2018 sino una de las más sublimes
experiencias cinematográficas de los últimos años. Cuaron es sin duda un
cineasta consistente y especial. Con títulos, galardonados y alabados por la
crítica, como “Hijos del Hombre”, la tercera entrega de la Saga de Harry
Potter, “Y Tu Mama También” y “Gravity” ha cementado una gran reputación como
artista. Pero con “Roma” se coloca en otro nivel creativo y emocional. Aquí el
mexicano se graduó de “Maestro”.
Ramiro Cardozo B.-
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