Erase Una Vez en Hollywood (Once Upon a Time in Hollywood)
“Erase una vez en Hollywood” es la novena película del famoso y peculiar realizador Quentin Tarantino y representa un cambio de ritmo con respecto a sus obras anteriores. Si bien sus sellos personales están presentes, el ambicioso artista luce con mayores inclinaciones hacia la comedia. Además, sus referencias del mundo del espectáculo (siempre presentes en sus filmes) son menos masivas e identificables para generaciones jóvenes, ya que las mismas están enfocadas en artistas y producciones de los años 50s y 60s.
La obra transcurre en el
verano de 1969 y nos introduce en las vidas de los personajes de ficción Rick
Dalton (Leonardo DiCaprio) y Cliff Booth (Brad Pitt). Rick es un actor con fama
disminuida que se ve obligado a desarrollar personajes de villanos como
invitado especial en programas televisivos; y Cliff es su doble de acción, y
leal compañero, que en ocasiones funge como su chofer, guardaespaldas, y
encargado de las reparaciones caseras. Paralelamente a ellos vemos la versión
glorificada de un personaje histórico: La actriz Sharon Tate (Margot Robbie), estrella
emergente en los 60s quien en la vida real fue brutalmente asesinada junto a un
grupo de amigos por jóvenes pertenecientes a la familia Manson (la
oscura secta hippie liderada por el infame Charles Manson).
Mas que contar una historia,
Tarantino ilustra una época donde la industria del cine y la televisión
experimentaba cambios inducidos por movimientos sociales y políticos. Su
intención es transportar a la audiencia a un mundo vibrante y psicodélico
poblado por drogas, alcohol, arte, y extravagancia, pero aun con un toque de
ingenuidad que estaba a punto de morir. El realizador se engolosina con este
mundo, que recrea de forma perfecta, y en pasajes de la primera hora y media el
relato luce carente de dirección y foco. Pero esto no quiere decir que la obra
sea desdeñable. El entusiasmo, la admiración, y la nostalgia que el realizador
transmite por el periodo en que nos ubica son contagiosos. Todo lo que vemos está
lleno de vida y de personajes llamativos (llevados a cabo por un ecléctico
reparto que incluye nombres como Al Pacino, Dakota Fanning, Bruce Dern, el
fallecido Luke Perry, Lena Dunham, Kurt Russell, Margaret Qualley, y Michael
Madsen, entre otros). Lo anterior evita que lo que transpira en pantalla sea
aburrido, aunque seguramente algunos espectadores se pueden sentir impacientes
por saber hacia dónde va la narrativa. A mas de la mitad del metraje Tarantino
deja de ser tan contemplativo y las cosas adquieren un compás mucho más ágil y
cohesionado que nos lleva hacia una conclusión divertida y frenética, donde un
evento histórico particular se omite para darle un giro alternativo proveniente
de los impulsos creativos del director. Ya esto lo había hecho antes cuando
acribillaba a tiros a Hitler en “Bastardos sin Gloria”, pero allí era mas un
capricho humorístico. Esta vez, esa fantasía que altera un hecho real parece
más pensada, más madura. Ese “¿qué hubiera pasado si..?” tiene más significados
y lecturas.
En los papeles protagónicos
Leonardo DiCaprio y Brad Pitt están sencillamente excelentes. Ambos actores se
retroalimentan de manera admirable cuando comparten pantalla y no dejan de
sobresalir en sus escenas individuales. Este duo establece una relación creíble
y muy entretenida que es básicamente el alma de la película. Margot Robbie
(prácticamente sin líneas de dialogo) le imprime sensualidad, dinamismo, y
belleza a su rol de Sharon Tate. Pero pareciera que la intención de Tarantino
no es tanto construir un personaje de carne y hueso, con distintas dimensiones,
sino más bien transmitir una imagen idílica de Tate convirtiéndola en una
representación de la época en que la actriz vivió. Las breves intervenciones de
todos los actores mencionados en el párrafo anterior (y otros que dejé de
mencionar por ser una lista muy larga) son uniformemente solidas brindando
diversos matices que nunca se sienten fuera de lugar.
“Erase una vez en Hollywood”
es una muy buena película que muestra a un Tarantino un poco más comedido en su
utilización de la violencia (Ojo: en comparación con sus estándares anteriores)
y más romántico al ilustrar su amor por el cine y la televisión de otros tiempos.
Pero debo decir que aún no sé qué peso darle dentro de su filmografía. Sin
embargo, es una obra altamente recomendable.
Ramiro Cardozo B.-
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