Reencarnación (Birth)
Antes de compartir mi opinión sobre “Reencarnación”, protagonizada por la famosa Nicole Kidman, quiero pedir disculpas si algunos de mis comentarios se sienten exageradamente vehementes o poco considerados, pero la verdad es que hay obras que se hacen tanto daño a si mismas que hacen imposible la utilización de frases amables o medianamente respetuosas.
“Reencarnación” cuenta la siguiente historia: una mujer (Kidman), diez años después de quedar viuda, decide rehacer su vida sentimental contrayendo nuevamente matrimonio con un perseverante pretendiente. En días cercanos a la boda, un niño de diez años aparece de improvisto en una reunión familiar afirmando que èl es el esposo fallecido y solicitando a nuestra protagonista que desista de sus planes nupciales.
Lo anterior pudiera haber producido un drama sobrenatural decente, o un relato paranormal inquietante y misterioso, pero el director Jonathan Glazer y los escritores Jean Claude Carriere y Milo Addica manejan el material de forma tan desastrosa que no tengo palabras para describir lo absurdo de ciertos diálogos, lo aburridas y pretenciosas que resultan ciertas tomas, y lo frió y distante que luce todo lo que ocurre en pantalla.
Todo en esta cinta huele a copia barata. En algunas escenas Glazer utiliza un estilo que trata de rememorar el trabajo de Stanley Kubrick: ausencia de diálogos, largos primeros planos, una cámara que sigue la trayectoria de movimiento de los personajes sin que se utilice mucha edición, etc. En el caso del mencionado maestro estas tendencias tenían un propósito narrativo que encajaba perfectamente dentro del contexto del relato, pero aquí son utilizadas a destiempo, sin una intención clara, lo que hace que algunos pasajes del filme sean casi insoportables.
No hay un solo personaje que se encuentre construido de forma creíble, las interpretaciones (sin ninguna excepción) son acartonadas y sin vida, los conflictos emocionales están trabajados con sorprendente ineptitud, y la resolución de la historia es más inconsistente que una gelatina sin cuajar.
“Reencarnación” debería ser exhibida en las escuelas de cine como ejemplo de todo lo que no se debe hacer a la hora de construir una pieza cinematográfica. Una de las peores películas que he visto en tiempos recientes.
Ramiro Cardozo B.-