Hancock
Hancock (Will Smith) es un superhéroe con índices de popularidad bastante bajos. Si bien utiliza sus poderes (capacidad de volar y una fuerza descomunal) para combatir el crimen en la ciudad de Los Ángeles, sus métodos poco elegantes generan enormes perdidas materiales en su comunidad. Aparte de su desastrosa manera de acabar con los villanos, nuestro protagonista es malhumorado, grosero con todas las personas con las que interactúa, y alcohólico. Después de salvar al publicista Ray Embrey (Jason Bateman) de ser aplastado por un tren, el agradecido profesional le ofrece elaborar una estrategia para cambiar su imagen y convertirlo en un héroe querido. Este plan no es muy bien visto por Mary (Charlize Theron), esposa de Ray, quien tiene una actitud reservada hacia Hancock.
Lo descrito en el párrafo anterior suena interesante e incluso bastante prometedor, pero en el cine una buena idea debe ser acompañada por una buena ejecución y es aquí donde “Hanconk” falla. Los primeros cuarenta minutos de la pieza son medianamente decentes, pero al acercarse a la primera hora de metraje la historia comienza a caer en picada. En mi humilde opinión, el director Peter Berg y los escritores Vincent Ngo y Vince Gilligan no terminan de decidir que tono darle a su película. Los elementos románticos, humorísticos, y dramáticos, no logran mezclarse de una forma efectiva e ingeniosa lo que rompe peligrosamente el ritmo narrativo y no permite que el filme tenga una personalidad definida. Por otra parte hay aspectos de los personajes centrales que no terminan de desarrollarse evitando que el transito de los mismos en la historia sea sólido. Para empeorar las cosas, la conclusión es apresurada y sencillamente terrible.
Will Smith y Jason Bateman representan el lado positivo de la obra. Smith se ve cómodo en su papel de errático superhéroe y sigue demostrando que es un actor carismático que logra una afinidad inmediata con el espectador. Por su parte, Bateman desarrolla al bonachón Ray Embrey con solvencia haciendo creíbles las motivaciones de su personaje. Lamentablemente el trabajo de ambos interpretes se ve eclipsado por una torpe construcción cinematográfica y un guión difuso y blando que no sabe hacia donde va. El trabajo de la bellísima Charlize Theron es totalmente olvidable pero esto es más responsabilidad de los guionistas que de la propia actriz. El personaje de Mary es definitivamente el peor confeccionado de la pieza.
“Hancock” tiene uno que otro pasaje simpático y entretenido pero es una obra tan dispersa y mal acabada que nunca termina de arrancar. Una buena idea que lamentablemente se pierde en un desarrollo gris y carente de inspiración.
Ramiro Cardozo B.-