Millones (Millions)
Es satisfactorio ver como un talentoso director, acostumbrado a temas de oscura intensidad, puede cambiar de género y tono, y hacerlo de manera efectiva. Este es el caso de Danny Boyle, que luego de realizar películas como Tumbas al ras de la tierra, Trainspotting, o 28 días después, nos regala un hermoso relato cinematográfico titulado “Millones”.
Sin revelar muchos detalles, el filme cuenta la historia de un niño llamado Damián (Alex Etel), huérfano de madre, que consigue una enorme cantidad de dinero creyendo fervientemente que el hallazgo ha sido un regalo de Dios. Su fe y candidez lo llevan a tratar de ayudar a los más necesitados creando situaciones divertidas, tiernas, y profundamente humanas.
La obra mezcla realidad y fantasía permitiendo que seamos testigos de conversaciones que Damián sostiene con diversos santos de distintas épocas de la historia. Estas charlas están escritas con inteligencia, humor, y el firme propósito de evitar solemnidad y fanatismo religioso. Boyle nos permite transitar dentro del alma creativa e inocente de este niño utilizando una fotografía ingeniosa, ágil y muy colorida.
El trabajo de todos los actores es digno de elogios, destacando, muy especialmente, la labor de Alex Etel en el papel de Damián. Cada vez que este joven actor está frente a la cámara la pantalla se ilumina. Su presencia y naturalidad hipnotizan desde el principio de la pieza y hacen al espectador cómplice de sus pensamientos y altruistas motivaciones. Una intervención para recordar.
“Millones” puede definirse como un soplo de aire fresco que generosamente nos ofrece una inyección de optimismo y buenas vibraciones. Muy recomendable.
Ramiro Cardozo B.-