Racine Ccs

Monday, May 09, 2005

Cruzada (Kingdom of Heaven)

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Antes de comenzar a hablar sobre “Cruzada”, debo confesar que soy gran admirador de Ridley Scott. Considero que es uno de los directores mas capaces del cine actual. Los Duelistas, Alien, y en especial Blade Runner son joyas que merecen ser citadas como ejemplos de un cine inteligente, artístico, ingenioso, y de alta confección. Thelma y Louise, aunque un poco sobrevalorada, fue un sólido esfuerzo que evidenció la versatilidad del cineasta reimpulsando su carrera después de algunos reveses (Someone to watch over me, Black Rain). Gladiador, y La Caída del Halcón Negro, sin ser obras de arte, demostraron el inmenso talento de Scott para coreografiar episodios bélicos con realismo e intensidad sorprendentes.

Por todo lo anterior, mis expectativas en cuanto “Cruzada” eran bastante altas. Lamentablemente las mismas no fueron cubiertas. La calidad fílmica de la pieza es indudable (la puesta en escena y la fotografía son impecables), pero hay demasiadas inconsistencias en cuanto a narrativa. Uno de los problemas fundamentales es el pobre desarrollo del personaje central, Balian (Orlando Bloom), un herrero caído en desgracia que termina convirtiéndose en el líder de la defensa de la ciudad de Jerusalén contra los ataques musulmanes en la época de las Cruzadas. El desarrollo de la historia no nos muestra, de manera creíble o coherente, la transición que convierte a un humilde herrador en un sabio estratega militar y poderoso guerrero. Da la impresión que algunos pasajes de la historia quedaron en el cuarto de edición.

Otro factor que desluce es la poco inspirada actuación de Orlando Bloom. En mi opinión Bloom es un actor limitado que no posee el carisma y la intensidad suficientes para transmitir la nobleza y el heroísmo de su personaje. El actor se ve particularmente deficiente en las escenas en que Balian se dirige a sus hombres antes del ataque de los musulmanes a Jerusalén, y en aquellas en las que comparte pantalla con consumados actores como Liam Nelson, Jeremy Irons, y Edward Norton (que aun detrás de una mascara, demuestra su gran talento). Sin que su interpretación sea tan vergonzosa como la que ofreció en “Troya”, la misma deja mucho que desear y le resta relevancia al relato cinematográfico.

Algo que me pareció extraño, viniendo de una película de Ridley Scott, fue la falta de energía que se siente en las escenas de confrontación armada. El director parece haber olvidado en casa el vigor y las vísceras que les imprimió a las ya mencionadas “Gladiador” y “La Caída del Halcón Negro”.

Un aspecto que vale la pena mencionar de forma positiva es la imagen aguerrida y noble que se les da a los líderes musulmanes. Los mismos son presentados de una manera sumamente respetuosa evitando imágenes estereotipadas. En una época en que muchos habitantes del mundo occidental tienen la idea equivocada de que el islamismo es sinónimo de terrorismo, me parece importante destacar aquellas producciones que evitan respaldar esta noción.

Pero, a pesar de lo anterior, “Cruzada” luce confusa, cruda, e inacabada. Un traspié de un gran director, y una experiencia algo decepcionante para sus seguidores.


Ramiro Cardozo B.-

Thursday, May 05, 2005

Los Coristas (Les Choristes)

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Un maestro o guía estimula el talento de un grupo de muchachos rebeldes de manera sensible y pedagógica enseñándoles valores fundamentales para su vida futura y abriendo una puerta que les permite apreciar el arte como instrumento de paz y belleza.

La premisa anterior ha sido desarrollada cinematográficamente hasta el cansancio, produciendo algunas obras de gran relevancia y otras poco recomendables que se sumergen en la más descarada cursilería. La reiteración de este tipo de temas en el celuloide despertó mi escepticismo en relación a “Los Coristas”, película francesa que narra la historia de Clément Mathieu, un solitario músico venido a menos que consigue un empleo como celador en un internado de niños, a finales de los años 40. Pensé que esta obra podría ser dulzona e intrascendente. Afortunadamente, estaba muy equivocado.

“Los Coristas” es un hermoso filme cuyo principal atributo es la sencillez. Impecablemente dirigida por Christophe Barratier, la película demuestra que a veces, en el mundo del cine, “menos es mas”. La obra se desarrolla sin recurrir a discursos moralistas, ni a diálogos elevados que buscan ilustrarnos acerca del significado de la vida. En ningún momento vemos a Mathieu (Gerard Jugnot) tratando de iluminar a sus pupilos con conversaciones profundas o filosóficas. Nuestro protagonista se aproxima a los jóvenes con inteligencia y sensibilidad, tratando de imponer disciplina a través de la comprensión y el amor por la música. El filme nos muestra a un hombre llano que, con integridad y verbo sencillo, decide dar un trato digno y preocupado a un grupo de niños acostumbrados a un régimen más carcelario que educativo.

La interacción de los jóvenes con este individuo, que se convierte en un maestro de coral de una forma algo improvisada, es manejada con una frescura digna de admirar. Ninguna situación se siente forzada y todo transpira con un ritmo fluido y sumamente agradable. El guión esta estructurado de una forma tan terrenal y gentil que es casi imposible no involucrarse emocionalmente con los personajes.

Gerard Jugnot, en el papel de Mathieu, realiza un esplendido trabajo. El intérprete se mueve con absoluta naturalidad brindando un personaje que convence y conmueve sin empalagar. El resto del elenco realiza un trabajo sólido que acompañado por una sobria fotografía, correcta ambientación, y unos hermosos arreglos corales, logra que los espectadores disfruten de una historia franca, entretenida, y muy refrescante.

Ramiro Cardozo B.-