Cruzada (Kingdom of Heaven)
Antes de comenzar a hablar sobre “Cruzada”, debo confesar que soy gran admirador de Ridley Scott. Considero que es uno de los directores mas capaces del cine actual. Los Duelistas, Alien, y en especial Blade Runner son joyas que merecen ser citadas como ejemplos de un cine inteligente, artístico, ingenioso, y de alta confección. Thelma y Louise, aunque un poco sobrevalorada, fue un sólido esfuerzo que evidenció la versatilidad del cineasta reimpulsando su carrera después de algunos reveses (Someone to watch over me, Black Rain). Gladiador, y La Caída del Halcón Negro, sin ser obras de arte, demostraron el inmenso talento de Scott para coreografiar episodios bélicos con realismo e intensidad sorprendentes.
Por todo lo anterior, mis expectativas en cuanto “Cruzada” eran bastante altas. Lamentablemente las mismas no fueron cubiertas. La calidad fílmica de la pieza es indudable (la puesta en escena y la fotografía son impecables), pero hay demasiadas inconsistencias en cuanto a narrativa. Uno de los problemas fundamentales es el pobre desarrollo del personaje central, Balian (Orlando Bloom), un herrero caído en desgracia que termina convirtiéndose en el líder de la defensa de la ciudad de Jerusalén contra los ataques musulmanes en la época de las Cruzadas. El desarrollo de la historia no nos muestra, de manera creíble o coherente, la transición que convierte a un humilde herrador en un sabio estratega militar y poderoso guerrero. Da la impresión que algunos pasajes de la historia quedaron en el cuarto de edición.
Otro factor que desluce es la poco inspirada actuación de Orlando Bloom. En mi opinión Bloom es un actor limitado que no posee el carisma y la intensidad suficientes para transmitir la nobleza y el heroísmo de su personaje. El actor se ve particularmente deficiente en las escenas en que Balian se dirige a sus hombres antes del ataque de los musulmanes a Jerusalén, y en aquellas en las que comparte pantalla con consumados actores como Liam Nelson, Jeremy Irons, y Edward Norton (que aun detrás de una mascara, demuestra su gran talento). Sin que su interpretación sea tan vergonzosa como la que ofreció en “Troya”, la misma deja mucho que desear y le resta relevancia al relato cinematográfico.
Algo que me pareció extraño, viniendo de una película de Ridley Scott, fue la falta de energía que se siente en las escenas de confrontación armada. El director parece haber olvidado en casa el vigor y las vísceras que les imprimió a las ya mencionadas “Gladiador” y “La Caída del Halcón Negro”.
Un aspecto que vale la pena mencionar de forma positiva es la imagen aguerrida y noble que se les da a los líderes musulmanes. Los mismos son presentados de una manera sumamente respetuosa evitando imágenes estereotipadas. En una época en que muchos habitantes del mundo occidental tienen la idea equivocada de que el islamismo es sinónimo de terrorismo, me parece importante destacar aquellas producciones que evitan respaldar esta noción.
Pero, a pesar de lo anterior, “Cruzada” luce confusa, cruda, e inacabada. Un traspié de un gran director, y una experiencia algo decepcionante para sus seguidores.
Ramiro Cardozo B.-