Bastardos sin Gloria (Inglourious Basterds)
Quentin Tarantino vuelve al ruedo cinematográfico con “Bastardos sin Gloria” un filme ambientado en la Segunda Guerra Mundial que nos cuenta la historia de un pequeño grupo de soldados judío-americanos, denominados Los Bastardos, cuya misión es asesinar nazis utilizando métodos de gran crueldad (escalpar cueros cabelludos, batear cráneos, etc.). A las órdenes del Teniente Coronel Aldo Raine (Brad Pitt) Los Bastardos se embarcan en una misión que pretende eliminar al alto mando Nazi. Esta misión los pondrá en el camino del inclemente Coronel de la SS Hans Landa (Christoph Waltz) apodado Cazador de Judíos.
Algunos de los detractores de Tarantino han cuestionado el tono en ocasiones humorístico del filme, su visión alternativa de los hechos históricos, y la ambigüedad moral de las situaciones que presenta. Aunque estas opiniones merecen respeto, creo que como película “Bastardos sin Gloria” es sencillamente genial. Tarantino utiliza ciertos elementos históricos para armar una fantasía alterna llena de sátira, tensión, e irreverente humor. Toma prestados elementos de otras películas de guerra y los descompone y adapta a su particular visión. El resultado: Una historia que toma rutas inesperadas y nos brinda personajes extrañamente magnéticos y situaciones escenificadas con entusiasta creatividad. Hay varias secuencias en este filme que están construidas de una forma magistral (La escena de apertura, el tenso encuentro en un bar, y el clímax en la pequeña sala de cine, son sencillamente inolvidables).
El elenco está ensamblado maravillosamente. Brad Pitt, utilizando un intencionalmente exagerado acento sureño, construye a Raine con total solidez bridándole excentricidad a su personaje y una determinación que ocasiones coquetea con la demencia. La joven actriz francesa Mélanie Laurent brilla como Shossanna Dreyfus, una bella mujer judía con su propio plan de venganza. Los alemanes Til Schweiger, como el sargento Hugo Stiglitz, y Diane Kruger, como una actriz que realiza labores de espionaje para el gobierno británico, también se lucen en sus respectivos personajes.
Pero la real estrella de este filme es el actor austríaco Christoph Waltz, quien como el despiadado Hans Landa pasa automáticamente a formar parte de la lista de los villanos más memorables de la historia del cine. Waltz realiza un descomunal trabajo brindándonos a un psicópata incisivo, astuto, con un excelente manejo de la palabra y amplia cultura general. Un monstruo, consciente de su poder destructivo, que se regocija con el temor que genera en sus víctimas y enemigos. Este es el tipo de caracterización que inmortaliza a un actor. Aunque Waltz decida no hacer nada más en su vida, siempre será recordado por su extraordinario desempeño en esta película.
“Bastardos sin Gloria” es una gran experiencia cinematográfica. Magníficamente escrita, y construida casi a la perfección, la película maneja sus elementos con una pericia que da envidia. Tal vez esa envidia hace que muchos cataloguen a Quentin Tarantino como un egocéntrico, un niño malcriado que disfruta las auto-referencias, o un creador prepotente que no pierde la oportunidad de demostrar lo mucho que sabe de géneros e historia del cine. Puede que todos estos argumentos calcen con su personalidad, pero la realidad irrefutable es que este director norteamericano es uno de los artistas más talentosos y singulares del cine actual y esta esplendida película es una prueba más que contundente.
Ramiro Cardozo B.-