Secuestro Express
“Secuestro Express” relata la historia de una pareja de novios, perteneciente a la alta sociedad caraqueña, que es secuestrada por tres maleantes que planean cobrar, de forma rápida y sin complicaciones, una considerable suma de dinero por su liberación.
El venezolano Jonathan Jakubowicz dirige la pieza con agilidad y buen ritmo. La fotografía del filme es acertada, logrando atmósferas claustrofóbicas que transmiten, de forma efectiva, la angustia y ansiedad vivida por los rehenes (destaca el buen juicio en términos de colocación de cámara, especialmente en las secuencias filmadas dentro de vehículos en movimiento).
En el campo de las actuaciones, resalta la participación de Mia Maestro en el papel de la joven secuestrada. La actriz argentina logra despojarse del característico acento de su país de origen y adopta, de manera totalmente convincente, las tonalidades y modismos lingüísticos de una joven caraqueña, demostrando un total compromiso ante las exigencias de su personaje. El resto del elenco (Pedro Pérez, Carlos Madera, Carlos Julio Molina, Jean Paul Leroux, y el reconocido Rubén Blades) se desenvuelve con solvencia.
Analizada como una historia de crimen y suspenso, se podría decir que “Secuestro Express” es un buen esfuerzo. Lo que sucede es que Jakubowicz también pretende ilustrar una dura realidad social y es aquí donde, en mi opinión, podemos encontrar debilidades.
El cineasta nos brinda una ruda y bastante pesimista visión de la ciudad de Caracas, aunque se traiciona introduciendo facilismos melodramáticos que lucen ingenuos. Creo que el guión abusa de las coincidencias y algunos personajes están escritos de forma un tanto superficial. Como habitante de la capital venezolana, no puedo negar que la decadencia moral, el auge criminal, la corrupción de los organismos de seguridad del estado, y la sensación de inseguridad urbana, que transmite el filme, son parte de una realidad, pero me parece que su postura es muy “blanco y negro”. Dependiendo de los distintos puntos de vista, la situación venezolana puede ser mejor o peor que la presentada en el filme, pero definitivamente tiene mayores matices y podía ser mejor aprovechada desde un punto de vista estrictamente cinematográfico.
Para concluir, pienso que “Secuestro Express” es una película dinámica e intensa que se ve limitada por un guión que se queda un poco corto en su intención de construir un retrato sólido, y realmente interesante, de la actual problemática social venezolana.
Ramiro Cardozo B.-