Million Dollar Baby

Creo que podría definir a “Million Dollar Baby” como una paliza emocional del más alto calibre, ya que la película me dejo exhausto, golpeado, pero satisfecho como fanático del buen cine.

El filme, ambientado en el mundo del boxeo, comienza como un convencional relato de perseverancia y realización de sueños en el mundo deportivo para luego transformarse en una mirada intima al tipo de relaciones que nacen para suplir carencias afectivas importantes, o como una manera de redimir errores mayúsculos cometidos en el pasado.

Eastwood, en un cuidadoso trabajo de dirección, impregna su film con melancolía y atmósferas oscuras que reflejan las cicatrices internas de los personajes permitiendo que el espectador se sumerja en un mundo un poco aislado donde las buenas oportunidades y las historias con finales felices son bastante escasas. El trabajo del director de fotografía Tom Stern es esplendido, destacando la cuidadosa y artística utilización de la luz en las escenas que tienen lugar dentro del gimnasio.

Nunca he considerado a Eastwood como un actor brillante pero en este filme realiza un trabajo digno que puede ser considerado como uno de los mejores esfuerzos de su carrera frente a las cámaras.

Las actuaciones de Hilary Swank y Morgan Freeman son sencillamente soberbias. Ambos demuestran una entrega y un profesionalismo fuera de serie. Es difícil encontrar dos actuaciones tan poderosas en una misma película.

“Million Dollar Baby” es una película trágica y nada recomendable para aquellos que buscan una distracción ligera, pero es una historia muy bien contada que con sencillez y buen oficio cinematográfico nos introduce en un mundo de sueños rotos, amor, y decisiones terriblemente dolorosas.

Ramiro Cardozo B.-