Ray
“Mucho ruido y pocas nueces” es una frase apropiada para definir a Ray, la última película de Taylor Hackford que narra parte de la vida del recientemente fallecido Ray Charles, icono de la música popular norteamericana.
El film relata varios aspectos de la trayectoria personal y artística del famoso músico como su adaptación a un mundo de oscuridad al perder la visión a temprana edad, su matrimonio, sus continuas infidelidades, el desarrollo de su inmenso talento, su ascenso al reconocimiento masivo, el tortuoso periodo de adicción a la heroína, y su intensa lucha contra los demonios de su infancia.
Todo lo anterior suena interesante, pero la traducción fílmica, de Hackford y el guionista James L. White, decepciona. Sin restarle meritos a la buena ambientación, la fenomenal música original de Charles, y el eficiente reparto que respalda al personaje central, la narración del filme es un poco tediosa y redundante, el metraje es excesivo, y algunas de las resoluciones finales lucen empalagosas y sin mayor profundidad. A pesar de poseer algunas escenas bien logradas, el resultado global carece de energía y esto es algo muy negativo para un film que pretende plasmar la vida de una personalidad tan intensa y vital como la de Charles.
Siempre he considerado a los Oscar como una premiación política, poco objetiva y en muchos casos indiferente con aquellas obras que realmente merecen ser destacadas, pero aun así me sorprendió muchísimo la nominación de Taylor Hackford a mejor director. En mi opinión su trabajo en este film no se merece esa distinción. El cineasta dirige la pieza de una forma muy convencional y sin destellos de inspiración.
A pesar de lo anterior, el film merece ser visto por la soberbia interpretación de Jamie Foxx en el papel de Charles. Su trabajo trasciende la mera representación, permitiendo que olvidemos al actor y nos encontremos compartiendo la sala de cine con el propio Ray Charles. Una memorable actuación que merecía una mejor obra cinematográfica.
Ramiro Cardozo B.-
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