Sing Sing
John Divine G Whitfield (Colman Domingo) se encuentra recluido en Sing Sing, Centro Penitenciario de máxima seguridad ubicado en Nueva York. Whitfield es miembro fundador del programa de teatro de la prisión, que forma parte de los esfuerzos de rehabilitación de individuos que están cumpliendo sentencia. Durante el inicio de la preparación de una nueva obra se une al grupo Divine Eye (Clarence Maclin), un criminal de temperamento volátil que poco a poco va cediendo a sus inclinaciones artísticas.
“Sing Sing” es un drama carcelario, pero escapa de los elementos tradicionales de este género. En la mayoría de los relatos de prisiones vemos como se desarrollan situaciones o historias específicas que hablan de estructura social, quién manda o quien quiere mandar, rencillas internas, violencia extrema como instrumento para obtener poder, abuso por parte de las autoridades, y otros contextos similares. Somos testigos de cómo las acciones cambian o destruyen a los personajes. Aquí la aproximación es diferente. Nos encontramos con individuos que ya están curtidos, afectados, o incluso en pedazos por lo que les ha tocado vivir. No vemos lo que hicieron ni lo que les pasó, pero si podemos observar las consecuencias de esas acciones en sus pieles y almas. Ya lo que queda es resignación y, en los casos que se ilustran en la película, un instinto de supervivencia orientado a buscar una transformación positiva, una válvula de escape para lidiar con la realidad del encierro. Aquí esa válvula es el teatro, el arte. Aunque la película muestra algunas áreas de la cárcel (Patio común, Celdas, Comedor, etc), el mayor porcentaje de su duración nos ubica en el espacio destinado para el ensayo de las obras. Es allí donde conocemos a los protagonistas, sus motivaciones, y la manera como se ven a sí mismos y al limitado mundo que los rodea.
De la totalidad del reparto solo hay tres actores profesionales (Domingo, Sean San Jose, y Paul Raci). El resto de los involucrados son expresidiarios y exmiembros del programa de Teatro de Sing Sing. Además, la figura central y su historia son reales (el verdadero Whitfield tiene una breve participación). Esto hace que la película no tenga una sola nota falsa. Todo se desarrolla de manera orgánica, sin sensiblerías ni mensajes forzados. Hay una obvia búsqueda de redención y la misma se detalla con una naturalidad admirable. Greg Kwedar dirige con fluidez y con absoluto respeto hacia los habitantes de su relato, creando espacios para que conozcamos la vida interior de cada uno de ellos. El guion, firmado Clint Bentley, John H. Richardson, y Brent Buell, está escrito con inteligencia mezclando drama con humor y demostrando un gran entendimiento sobre el medio ambiente en el que se desarrolla el filme. Cabe destacar que, durante 10 años, Brent Buell fue director teatral de varias prisiones en el estado de NY y es un personaje que en la película está representado por Paul Raci.
Como mencioné en el párrafo anterior, hay un profundo respeto en la manera en que cada uno de estos individuos es plasmado en pantalla. Y esto no significa que se magnifiquen sus virtudes o se escondan sus defectos. Simplemente se muestra con honestidad su intención de escoger un camino positivo. Y en este sentido todos los actores, profesionales y no profesionales, brillan independientemente de su tiempo de exposición. En uno de los roles principales, Clarence Maclin es una revelación. Algunos pudieran argumentar que al tener la experiencia de haber estado recluido no debería ser tan complicado interpretar a alguien en la misma posición. Pero, aunque se tenga una vivencia similar, hay que poseer solidas habilidades histriónicas para reflejar el arco emotivo y los cambios de sensibilidades del personaje a cargo. Maclin construye a una persona que al principio luce primitiva y peligrosa y que poco a poco comienza a canalizar su humanidad a través del arte. Un trabajo impecable. Y qué decir de Colman Domingo. De todas las actuaciones destacadas, nominadas, o ganadoras, de la pasada temporada de premiaciones no hay ninguna que me haya llegado más que la de este talentoso actor en esta película. Domingo se pierde en su personaje y ofrece un trabajo memorable que está por encima de cualquier sistema que pretenda calificar una labor artística y cómo ranquea en comparación con otras.
“Sing Sing” es una joya que, en un mundo perfecto, debería haber generado mucha más atención y reconocimiento. Inexplicablemente A24 la maltrató de una manera casi criminal distribuyéndola irregular y tímidamente. Tuvo algo de presencia en un número limitado de festivales en el 2023, pero su lanzamiento oficial en 2024 fue muy confuso. Además, se retrasó su exposición digital y en un momento la película no se conseguía ni en salas ni en plataformas. El Estudio la exhibió nuevamente en Salas de Cine en Estados Unidos unas pocas semanas antes del Oscar para empujarla por haber obtenido tres nominaciones. Terminó siendo un esfuerzo tardío e infértil.
Ahora que ya está disponible en plataformas, espero
que más personas la descubran. En mi humilde opinión, de los que títulos que
tuve la oportunidad de ver con estreno oficial del 2024 este es de lejos el
mejor. “Sing Sing” es una obra hermosa y autentica que mejora con cada
visionado. Imprescindible.
Ramiro Cardozo B.-
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