Una Mirada al Pasado: "M" 1931
Lo anterior transpira
en un ambiente de suspenso e incertidumbre que se mantiene constante. Lang, muy
hábilmente, en lugar de darle una exposición sustancial al asesino opta por
mostrar lo que sus acciones generan. Esto permite que podamos ver las caóticas
y desesperadas medidas que tanto el mundo criminal y los organismos
institucionales implementan para tratar de solucionar una situación que pone en
peligro un balance social de por sí bastante frágil. Al contraponer las tácticas
de cada uno de los bandos, el mensaje ulterior es que ambos son básicamente lo
mismo.
Y cuando por fin
podemos dar una mirada al mundo interno del asesino, a través de un juicio
improvisado y poco ortodoxo, el impacto es incuestionable. En esos minutos finales
es donde Peter Lorre, en el papel del atormentado psicópata, se inmortaliza en
la historia del cine. La exposición de los motivos, y los oscuros instintos de
su personaje, es descarnada e imposible de olvidar. Un trabajo brillante.
La frase “obra
maestra” es muchas veces utilizada con ligereza y poco tino, pero en este caso se
ajusta como un guante. El director ya tenía en su haber la maravilla del cine
mudo que es “Metropolis”, pero esta primera incursión en el mundo sonoro es
considerada por muchos (incluido el propio Lang) como la obra definitiva de su
fructífera y variada carrera. Después de 94 años de ser estrenada, la película
se mantiene intacta. Perfecta en su ejecución y contundente en su mensaje “M”
es sencillamente esencial.
Ramiro Cardozo B.-
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