Diamante de Sangre (Blood Diamond)
“Diamante de Sangre” se ha tratado de vender como una pieza de denuncia social que deja al descubierto los canales ilegales de distribución de diamantes que son encontrados en zonas de conflictos y cuyo valor es utilizado para financiar guerras y descalabros sociales en países africanos.
Es cierto que el filme toca estos temas y nos brinda la oportunidad de acercarnos a un peligroso negocio que afecta negativamente a comunidades del tercer mundo, pero su intención no es ser una disección profunda y exhaustiva sobre el trafico de piedras preciosas y sus consecuencias socioeconómicas. La película es básicamente una historia de acción y aventura con una buena dosis de drama humano que se sensibiliza con el contexto en el cual se desarrolla.
Los principales protagonistas de la obra son el contrabandista de diamantes Danny Archer (Leonardo Di Caprio), y el humilde pescador Solomon Vandy (Djimon Hounsou), que por diversas circunstancias se unen en la búsqueda de un valioso diamante que Solomon ocultó en la selva cuando fue forzado a trabajar bajo las ordenes de fuerzas revolucionarias. Las motivaciones de ambos personajes son totalmente distintas, y esto genera un antagonismo que otorga una intensidad interesante al relato. El dúo es complementado por las intermitentes apariciones de la periodista norteamericana Maddy Brown (Jennifer Connelly) quien intenta obtener información concreta acerca de las relaciones que se establecen entre los traficantes de diamantes de las zonas de conflicto y las grandes empresas que se encargan de comercializarlos.
Edward Zwick dirige con tino, confeccionando una pieza muy atractiva visualmente que contiene la energía necesaria para mantener el interés del espectador de principio a fin. Sin embargo, hay personajes secundarios que lucen estereotipados y algunos diálogos sufren de falta de originalidad. Estas fallas restan algo de fluidez y espontaneidad a lo que transpira en pantalla, pero no son tan reiteradas como para herir de gravedad los buenos esfuerzos invertidos en el filme.
Di Caprio y Hounsou realizan un trabajo de primer nivel y la interacción de sus personajes se convierte en el corazón dramático del filme. La hermosa y siempre eficiente Jennifer Connelly complementa con solidez la labor de ambos actores.
“Diamante de Sangre” es un entretenimiento condimentado con reflexión humanitaria que termina siendo satisfactorio por el buen oficio de Zwick y las excelentes interpretaciones del dúo protagónico. No es un gran filme pero posee atributos muy bien logrados que lo hacen recomendable.
Ramiro Cardozo B.-
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