Munich
“Munich” relata la historia de un grupo de agentes judíos que se embarcan en la misión de asesinar a los responsables intelectuales del atentando terrorista ocurrido en las Olimpiadas de Munich (1.972), donde once atletas israelíes perdieron la vida en manos de radicales palestinos.
El filme contiene elementos de intriga internacional, manipulaciones políticas, y enfrentamientos violentos, que maneja con eficiencia y equilibrio. Pero “Munich” es mucho más que un correcto relato de espionaje.
La pieza retrata la problemática palestino-israelí, con agudeza y seriedad, brindándonos diversos puntos de vista sobre el conflicto, y evitando satanizar, o glorificar, a ninguna de las posturas enfrentadas. La obra, inteligentemente, decide no asumir una posición, optando por analizar perspectivas y escudriñar en las almas de los hombres seleccionados para quitarle la vida a aquellos que han sido considerados artífices de la muerte de sus compatriotas. Los conflictos morales, dudas, y torturas psicológicas, a los que son sometidos estos agentes, son plasmadas en pantalla con una lucidez sorprendente.
Todos los actores involucrados realizan muy buenos trabajos, destacando Eric Bana en el papel del líder del grupo de vengadores. El actor realiza una labor introspectiva, contenida, que nos permite ver el interior de un hombre con sentimientos encontrados, dispuesto a cumplir su misión, pero atormentado por los dilemas éticos con los cuales debe enfrentarse.
Steven Spielberg, se aleja de la ruta comercial y nos brinda una obra adulta, con múltiples lecturas, que dirige con minuciosidad y aplomo. El director demuestra a sus detractores que puede ser un creador maduro, analítico, y muy inteligente.
Muy bien escrita e impecablemente dirigida, “Munich” es un ejemplo de cine serio y reflexivo, que toca un tema delicado y vigente, utilizando un lenguaje cinematográfico digno de admirar.
Ramiro Cardozo B.-
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