El Exorcismo de Emily Rose (The Exorcism of Emily Rose)
Aquellas personas aficionadas al terror extremo, efectos especiales, cabezas que giran a 360 grados, levitaciones, y cataratas de vomito verde brotando de una boca blasfema, se sentirán bastante decepcionadas con “El Exorcismo de Emily Rose”.
Es cierto que el filme, dirigido por Scott Derrickson, trata el tema de la posesión demoníaca, pero lo hace enfrentando razonamientos terrenales y científicos con creencias religiosas, permitiendo que el espectador asuma la posición que mas se adecue a sus criterios personales. Para los que prefieren el cine que desarrolla historias en lugar de circos visuales, esta aproximación al tema del exorcismo, puede resultar satisfactoria e incluso inteligente.
La obra nos permite ser testigos de un juicio donde se pretende demostrar la culpabilidad o inocencia de un sacerdote (Tom Wilkinson) que ha sido acusado de homicidio por negligencia en consecuencia de un exorcismo practicado a la joven Emily Rose (Jennifer Carpenter), supuestamente poseída por fuerzas del mal.
Lo ocurrido a la joven Emily Rose es contado por medio de flashbacks que van surgiendo a través de las preguntas y alegatos del abogado acusador (Campbell Scott) y la profesional del derecho que ejerce la defensa del religioso (Laura Linney). Las secuencias que reconstruyen estos sucesos demoniacos están realizadas con la intención clara de no extralimitarse con imágenes grotescas o extremadamente fantasiosas. Más que una obra de terror, yo diría que estamos en presencia de un filme de suspenso donde se enfrentan las posiciones lógicas con aquellas que dan cabida a la existencia de eventos sobrenaturales.
Las actuaciones son muy sólidas. Tom Wilkinson, Laura Linney, y Campbell Scott construyen sus respectivos personajes con indudable eficiencia imprimiendo credibilidad a sus interpretaciones. Jennifer Carpenter como la joven Emily Rose, realiza un trabajo decente, aunque su personaje no permite mayores matices interpretativos.
Algo criticable dentro de la obra es lo convencional de la puesta en escena. En mi opinión, a la pieza le falta inventiva fotográfica: una iluminación más elaborada, o movimientos de cámara más audaces. Creo que esta ausencia de personalidad en la narrativa visual termina afectando, de forma negativa, la fuerza del relato.
Pero, con fallas incluidas, “El Exorcismo de Emily Rose” termina siendo un buen esfuerzo. La película está por encima del promedio de las realizaciones que tocan el tema de hechos de posesión satánica, además de contar con un grupo de actores de primera línea, y estar alejada de sensacionalismos desproporcionados.
Ramiro Cardozo B.
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