Soldado Anónimo (Jarhead)

La mayoría de las películas de guerra, como es natural, nos hablan de confrontaciones armadas, sangrientos encuentros entre enemigos, y el terrible efecto que un mundo de muerte ejerce sobre las almas de los soldados.

Basada en las experiencias del marine Anthony Swofford (interpretado por Jake Gyllenhaal) en la guerra del golfo, y dirigida por Sam Mendes, “Soldado Anónimo” analiza los efectos de la guerra en la psiquis de los hombres, pero lo hace utilizando una vía poco transitada: examinando las consecuencias de la inactividad en un conflicto bélico.

El filme nos muestra como un grupo de jóvenes, entrenados duramente para convertirse en maquinas asesinas, terminan siendo victimas del hastío y la ansiedad que producen interminables días en el medio del desierto, sin ver la cara del enemigo, y sin poder disparar una sola bala. Los miedos, frustraciones, y demonios internos de estos guerreros modernos, son los principales protagonistas de este interesante relato.

Jake Gyllenhaal se luce interpretando a Swofford, narrador y personaje central de la historia. El joven actor habita su personaje con convicción e indudables capacidades dramáticas, aspectos que contribuyen a que el espectador nunca pierda el interés por su personaje. Jamie Foxx, como el Sargento Sykes, y Peter Sarsgaard, como el soldado Troy, realizan trabajos inspirados, complementando, a las mil maravillas, la labor de Gyllenhaal. El versátil Chris Cooper tiene una pequeña, pero excelente, intervención en el papel del Teniente Coronel Kazinski. El resto del reparto se mueve con total eficiencia.

Después de sólidos trabajos en “Belleza Americana” y “Camino a la Perdición”, Sam Mendes vuelve a demostrar su buen oficio tras las cámaras. El cineasta dirige su obra con energía, manteniendo una cadencia preocupada por brindar una mirada intima de sus personajes y la situación en la que se encuentran envueltos. La puesta en escena, y la fotografía son impecables, logrando transmitir la represión psicológica que produce la inclemencia del desierto, además de construir duras imágenes, con matices surrealistas, que muestran la cara de una guerra dominada por ataques aéreos.

Ruda, tragicómica, y muy humana, “Soldado Anónimo” es, en mi opinión, una pieza muy bien confeccionada que nos brinda una perspectiva diferente de la guerra, y las heridas espirituales que deja en los hombres que la viven en carne propia.


Ramiro Cardozo B.-