La Casa de las Dagas Voladoras (Shi mian mai fu)
¨La Casa de las Dagas Voladoras¨ es la segunda incursión del director chino Yimou Zhang en el mundo místico de las artes marciales. La primera fue esa maravilla visual titulada ¨Heroe¨, una superproducción con una sensibilidad difícil de encontrar en las salas occidentales y una dirección artística fuera de serie.
Si bien ambas obras tienen componentes comunes (confrontaciones que parecen danzas milenarias, e ingredientes mágicos con matices espirituales), en mi opinión Zhang trata (con éxito) de no repetirse. En ¨Heroe¨ cada escena esta revestida con una grandiosidad solemne, en cambio ¨La Casa de las Dagas Voladoras¨ se siente más íntima, más llana, más accesible.
Sin dar mayores detalles, el filme, que se desarrolla en la antigua China, cuenta la historia de un amor imposible entre un oficial del gobierno y una miembro de un grupo de guerreros opositores. El talentoso director conduce el relato con sencillez y de forma muy fluida ofreciéndonos escenas de gran belleza estética.
El actor Takeshi Kaneshiro y la hermosísima Zhang Ziyi realizan un trabajo digno como los jóvenes amantes. La pareja produce una química palpable que hace creíble su mutua atracción. Andy Lao, en el papel de un fiel guerrero cuyo amor no es correspondido, realiza una correcta interpretación que complementa con eficiencia la labor de la pareja protagónica.
En conclusión, ¨La Casa de las Dagas Voladoras¨ es un filme hermoso, dirigido con destreza, que nos brinda una historia al mejor estilo de William Shakespeare, pero con genuino sabor asiático.
Ramiro Cardozo B.-
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