Wednesday, March 08, 2017

Luz de Luna (Moonlight).


“Luz de Luna” cuenta la historia de Chiron, un joven afroamericano que vive en un duro vecindario de Miami y que debe lidiar con una madre drogadicta (Naomi Harris) y los conflictos internos que le producen encontrar y aceptar su identidad sexual. La historia es contada en tres segmentos, cada uno de ellos con un actor diferente interpretando al mismo personaje en sus distintas etapas de crecimiento.

El director y guionista Barry Jenkins nos regala un relato, en gran parte autobiográfico, en líneas generales bien ejecutado y donde se pueden encontrar pasajes visualmente hermosos y momentos de bastante fuerza emotiva. La  cinematografía y la banda sonora son de primer nivel y otorgan un matiz poético a lo que sucede en pantalla. Chiron (interpretado por Alex R Hibbert en la niñez, Ashton Sanders en la adolescencia, y Trevante Rhodes en la adultez) es un joven marginado dentro de un mundo marginado. Su orientación sexual lo hace blanco de burlas y agresiones en un ecosistema dominado por la pobreza, las drogas, y la violencia callejera. La evolución de nuestro protagonista es bastante pausada pero creíble.

Lo más interesante de esta pieza es la relación que se establece entre Chiron y Juan (Mahershala Ali), un vendedor de drogas con buen corazón que se convierte en su protector y una especie de figura paterna. Lo paradójico de esta interacción  es que el afecto de Juan hacia Chiron es contrarrestado por el efecto negativo que su actividad económica produce en el entorno familiar del joven.

Los tres actores que dan vida a Chiron se desenvuelven de manera solvente. Pero las interpretaciones a destacar son las de Naomi Harris como la madre adicta; y Mahershala Ali como Juan, labor que le valió la estatuilla  como Mejor Actor de Reparto en la última edición de los Premios de la Academia. Ambos trabajos son dignos de todos los elogios.

Aparte del galardón para Ali, “Luz de Luna” también se llevó el Oscar a Mejor Película (después de una embarazosa confusión que anunciaba inicialmente a “La La Land” como la ganadora). Pero, a pesar de los comentarios positivos de los párrafos anteriores, “Luz de Luna” no me parece la película mejor lograda dentro del grupo de las que se encontraban nominadas para el máximo premio.

Si bien tiene elementos de gran poder narrativo y la historia es interesante, no todo termina de cuajar.  La relación entre Chiron y Juan es explorada de manera sencilla y a la vez  profunda, pero la del joven con su madre luce superficial en comparación. Aunque Naomi Harris realiza una labor impecable, la interacción tortuosa madre-hijo parece estar meramente expuesta y no se construye satisfactoriamente. Una escena crucial en una cafetería, donde el protagonista se reencuentra con un compañero de la infancia que representó su primera atracción sexual, dura una eternidad y termina siendo anticlimática y un poco cursi. Además tiene momentos exageradamente contemplativos que no aportan nada al relato.

“Luz de Luna” es sin duda una obra con atributos importantes que merece ser vista e incluso admirada. Pero también presenta unas cuantas inconsistencias que, en mi opinión, evitan que sea una experiencia memorable. Buena, pero sobrevalorada.



Ramiro Cardozo B.-