El Casamiento de Raquel (Rachel Getting Married)
Con “El Casamiento de Raquel” el talentoso cineasta Jonathan Demme (El Silencio de Los Inocentes) nos ofrece su obra mas íntima. El filme utiliza la celebración de una unión conyugal como excusa para escudriñar las complejidades emocionales de una familia con heridas que no terminan de sanar.
Kym (Anne Hathaway), quien se encuentra en un centro de rehabilitación para adictos, regresa a su hogar para asistir a la boda de su hermana Rachel (Rosemarie DeWitt). El exótico matrimonio, lleno de elementos budistas y tonalidades hippies, además de reunirla con su hermana permite que Kym interactúe con su protector padre (Bill Irwin) y con su evasiva, y aparentemente superficial, madre (Debra Winger). Los resentimientos, tristezas, tormentos internos, y tragedias pasadas comienzan a florecer paulatinamente en cada uno de los miembros de la familia obligándolos a afrontar sus emociones.
Jonathan Demme desarrolla su historia con sencillez creando una atmosfera de cercanía que permite que el espectador se sensibilice ante todo lo que sucede en pantalla. Casi todas las escenas están filmadas con cámara en mano e iluminación natural. Las tomas son bastante largas minimizando los cortes de edición y no se utiliza música incidental. Esta aproximación casi primitiva, al estilo Dogma, funciona positivamente ya que brinda una sensación de realidad e inmediatez que, en algunos momentos, nos hace olvidar que estamos viendo un largometraje de ficción.
El guión de Jenny Lumet (hija del gran director Sidney Lumet) está escrito con frescura y sin ningún tipo de artificio dramático. Todo lo que sucede luce absolutamente real. Este es un filme sobre seres comunes, con defectos, virtudes, y contradicciones, que se quieren y buscan cierto grado de comprensión. El dúo Demme-Lumet logra brindarle a la obra la naturalidad y la fluidez narrativa necesarias para que un relato de este tipo funcione.
Anne Hathaway se desprende de su imagen de princesa adolescente y nos regala el trabajo más maduro y complicado de su carrera. La bellísima actriz no busca crear empatía hacia Kym. Su intención es elaborar un personaje de carne y hueso, egocéntrico e inestable pero con un amor inalterable por su familia. Un trabajo realmente memorable. Rosemarie DeWitt, en el papel de Rachel, realiza una excelente labor transmitiendo a cabalidad los sentimientos de su personaje. Bill Irwin y Debra Winger, como los padres de Kym y Rachel, desarrollan sus respectivos roles de manera inspirada.
“El Casamiento de Raquel” es una obra que muestra distintos matices de las relaciones familiares con lucidez y genuina emotividad. El filme combina momentos dolorosos con episodios agudos y divertidos manteniendo constante un tono sincero que logra conectarse con el espectador desde el principio de la pieza. Muy recomendable.
Ramiro Cardozo B.-
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