Crimen Perfecto (Fracture)
"Crimen Perfecto” es una obra de suspenso, ejecutada de una forma un tanto irregular, que se ve beneficiada por el impecable desempeño de su dúo protagónico. El filme nos cuenta la historia de Ted Crawford (Anthony Hopkins) un poderoso empresario que después de conocer la infidelidad de su esposa le dispara a quemarropa dejándola en estado comatoso. Crawford se entrega a las autoridades sin ningún tipo de resistencia y la fiscalía asigna al joven abogado Willy Beachum (Ryan Gosling) para que logre el veredicto de culpabilidad. Beachum, quien se encuentra a punto de abandonar el ejercicio público para ingresar en una prestigiosa firma legal, asume el caso como un procedimiento de rutina donde el esposo traicionado no tiene ninguna posibilidad de demostrar su inocencia. Pero Crawford tiene un as bajo la manga que puede dejarlo en libertad.
La película está manejada como una especie de juego de habilidades entre el acusado y el acusador donde el primero tiene una amplia ventaja sobre el segundo. Crawford poco a poco se va presentando como un astuto y calculador individuo que ha elaborado un plan para derrotar al sistema legal utilizando sus propios tecnicismos, y Beachum va perdiendo su prepotente seguridad inicial al darse cuenta que las evidencias en contra de Crawford se desvanecen a medida que avanza el proceso.
El filme dirigido por Gregory Hoblit tiene el mérito de mantener una atmósfera de misterio desde que comienza hasta que termina ya que logra esconder elementos claves sin ofender de manera descarada la inteligencia del espectador. Sin embargo hay componentes en el plan de Crawford que parecen depender demasiado de la casualidad, y existe por lo menos un giro argumental que no luce muy creíble. Otro punto negativo es que los aspectos personales de la vida Beachum son manejados con poca destreza lo que produce que se vean inconclusos y no aporten mucho a la trama central.
La interacción entre los personajes principales es lo más interesante de esta pieza. El brillante Anthony Hopkins se desenvuelve con absoluta solvencia creando una serena perversidad que logra inquietar al espectador, y Gosling trasmite a cabalidad la impotencia y frustración de un joven abogado que se ve vulnerado en el juego legal que cree manejar casi a la perfección. En los momentos en que comparten escena ambos intérpretes se nutren el uno del otro construyendo una dinámica que mantiene el interés en el combate de voluntades que se establece entre sus personajes. El trabajo de esta pareja eleva la calidad de la obra y compensa algunas de sus deficiencias.
“Crimen Perfecto” posee varias inconsistencias que se pueden identificar sin mucho esfuerzo, pero el filme logra mantener un decente nivel de intriga y ofrece un atractivo duelo histriónico que vale la pena ver.
Ramiro Cardozo B.-
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