Ahora son Trece (Ocean´s Thirteen)
La Gran Estafa (Ocean´s Eleven) fue un entretenimiento amable hecho con inteligencia y buen gusto. Su segunda parte (Ocean´s Twelve), en mi humilde opinión, cayó en la mediocridad presentando una total carencia de inspiración cinematografica. Gracias a este desatinado filme mis esperanzas de calidad para una tercera entrega eran muy escasas para no decir nulas. Sin embargo, y después de escuchar algunos comentarios positivos, decidí arriesgarme a ver “Ahora son Trece” y debo decir que el talentoso cineasta Steven Soderbergh ha logrado confeccionar una obra que no se toma para nada en serio y logra divertir durante sus casi dos horas de metraje.
La trama es una bufonada y no un intento de construir de manera creíble los detalles de una estafa. Todo lo relacionado al plan para robar un nuevo hotel propiedad del deshonesto magnate del juego Willy Bank (Al Pacino) carece de verosimilitud, pero Soderbergh se asegura de guiñarle el ojo al espectador desde el principio dejando claro que pretende sobredimensionar situaciones solo para hacernos pasar un rato simpático y sin mayores pretensiones.
El elenco es esencialmente el mismo de las dos primeras entregas exceptuando a Julia Roberts y Catherine Zeta Jones cuyas ausencias no causan ningún tipo de daño a esta nueva historia. Las adiciones son Ellen Barkin que disfruta la oportunidad de burlase de sí misma, y el ya mencionado Pacino quien lleva a cabo el papel de villano a cabalidad pero sin el brillo que generalmente caracteriza a este legendario interprete. También los acompaña David Paymer en el rol de un evaluador de hoteles con una mala fortuna que se revierte en la etapa final del filme. Todos los actores que repiten (encabezados por George Clooney, y Brad Pitt) realizan una buena labor como miembros de una banda de criminales con buen corazón. Cada uno de los involucrados tiene la oportunidad de brindar momentos llenos de un humor liviano e incluso ingenuo que se mantiene constante de principio a fin. Soderbergh evita intelectualizar situaciones y crea una atmósfera cordial accesible para todo tipo de público. Cabe destacar que la fotografía, dirección artística, y edición son de primer nivel lo que otorga a la pieza un estilo visual atractivo y elegante.
No hay duda de que “Ahora son trece” es una obra que no busca la trascendencia, y con toda seguridad no será una referencia importante dentro de la filmografía de Soderbergh, pero es una obra amena que logra divertir y tiene la virtud de no tratar de ser mas de lo que es.
Ramiro Cardozo B.-
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