Rush

“Rush” narra la rivalidad profesional de dos de los pilotos de Fórmula Uno más famosos de los años setenta: El austriaco Niki Lauda (Daniel Bruhl) y el inglés James Hunt (Chris Hemsworth). Dirigida por Ron Howard, y escrita por Peter Morgan, la película nos ubica en 1.976, año en que ambos pilotos se disputaban ferozmente el primer lugar del campeonato.

Aunque en ningún momento se descuidan los detalles históricos ni aquellos inherentes a la competencia automovilística, el enfoque principal de la obra es desarrollar y contraponer, de forma coherente y siempre interesante, las personalidades totalmente opuestas de nuestros protagonistas. Hunt es presentado como una persona visceral, arriesgada, poco planificada, cuya filosofía es vivir el momento y dejarse llevar por sus impulsos más básicos. Lauda es la antítesis de todo lo anterior. Un hombre frio, calculador, estudioso obsesivo de todas la variables del deporte, y dueño de una manera de ser que resulta poco atractiva y en momentos algo antipática.

El filme, muy hábilmente, evita convertir en héroes o villanos a sus dos personajes centrales. Su interacción se construye de manera inteligente permitiendo que veamos los distintos matices de una relación competitiva que comienza con un absoluto desagrado mutuo y termina transformándose en profundo respeto.

Howard, apoyado por la brillante cinematografía de Anthony Dod Mantle, dirige de manera maestra y logra uno de los mejores títulos de su filmografía. El veterano director nos brinda una historia muy bien estructurada, ágil y sencilla, que tiene la virtud de ser accesible a todo tipo de público (no hay que ser aficionado de la F1 para conectarse con este estupendo relato).

La labor de Bruhl y Hemsworth en los roles protagónicos es de primer nivel. Ambos intérpretes se entregan a sus respectivos personajes con gran convicción y se nutren el uno al otro para crear una interacción creíble dentro de un entorno cambiante y peligroso. Ana Maria Lara en el papel de Marlene, esposa de Lauda, realiza un sólido trabajo secundario. La intervención más floja, desde el punto de vista histriónico, es la de la hermosa Olivia Wilde como esposa fugaz de Hunt. La labor de la mencionada actriz palidece al lado de sus compañeros de reparto. Afortunadamente su participación es corta y no perjudica el buen desarrollo de la pieza.

“Rush” es una obra vibrante, hecha con gran oficio, que estudia la manera en que personalidades opuestas pueden retarse y retroalimentarse para conseguir grandes logros, e incluso reponerse de grandes adversidades. Una de las mejores películas del 2013.

Ramiro Cardozo B.-