Racine Ccs

Thursday, April 24, 2025

Cónclave



El Papa muere e inmediatamente se activa el proceso para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica. El encargado de organizar toda la logística electoral es el Cardenal Lawrence (Ralph Fiennes). Este alto funcionario debe lidiar con diversos conflictos internos que incluyen fuertes disputas entre los colegas Bellini (Stanley Tucci) que representa los valores más progresistas de la iglesia y Tedesco (Sergio Castellitto) con ideas ultra conservadoras; agendas ocultas y escándalos del pasado que involucran a candidatos con mayores posibilidades (John Lithgow y Lucian Msamati); la abrupta aparición de un Cardenal que nadie conocía (Carlos Diehz); y una Madre Superiora que guarda secretos (Isabella Rossellini). Además de todo lo mencionado, Lawrence debe enfrentarse a sus propios cuestionamientos de fe.

No veo a “Cónclave” como una historia religiosa. Obviamente toca temas directamente relacionados con el catolicismo, pero la Elección Papal es utilizada como el escenario para construir un thriller político con elementos detectivescos que se desarrolla con la intención de develar las incógnitas que se van planteando. Esto aderezado con agudas disertaciones sobre distintos aspectos de la sociedad actual.

Edward Berger (autor de la espléndida “Sin Novedad en el Frente” estrenada en 2022) dirige con mucha seguridad creando una atmosfera de incertidumbre que no decae. El guion, firmado por Peter Straughan, combina drama, misterio, y humor, de forma prolija y aguda. Hay una escena en particular en la que Lawrence brinda un discurso ante sus colegas, para abrir la Elección, que está impecablemente escrita. Y la ejecución de Fiennes la hace aún más poderosa. La labor protagónica de este gran actor inglés es uno de los atractivos principales de la obra. A esto hay que sumarle el apoyo de los siempre confiables John Lithgow y Stanley Tucci. Isabella Rossellini, en un rol bastante pequeño, aprovecha cada segundo de su intervención para darle presencia y autoridad a su personaje. El resto del elenco, aunque menos conocido, realiza un trabajo muy eficaz.

La cinematografía, a cargo de Stéphane Fontaine, nos ofrece imágenes de gran belleza estética. Y la música, compuesta por Volker Bertelmann, complementa y dimensiona todo lo que vemos en pantalla. En términos de valores de producción, no se encuentran puntos flojos.

Hay un aspecto que se menciona mucho a la hora de analizar esta película: Su twist final. Cuando ya todo parece haber concluido, en mi opinión de una manera satisfactoria, aparece una última revelación que ha sorprendido a muchos miembros de la audiencia y no siempre de manera positiva. Para algunos este final rompe la cadencia narrativa, cambia abruptamente la tonalidad, o luce forzado. Confieso que a mí no me molestó, ni tengo una posición radical al respecto. La verdad es que no me parece que dañe lo positivo que lo antecede.

Nominada a 8 Premios de la Academia ganando en la categoría de Mejor Guion Adaptado, “Cónclave” es una película muy sólida, que cuenta con una producción a prueba de balas, un talentoso reparto, y un misterio que mantiene el interés durante toda su duración. Si bien no hay que ignorar que su final puede ser percibido por algunos como una debilidad, reitero que no es un factor de suficiente peso como para desestimar sus aciertos.

 

 Ramiro Cardozo B.-


Mi Única Familia (Hard Truths)

 


“Mi Única Familia” no es fácil de ver. Su personaje central puede resultar difícil de seguir para algunos espectadores y las situaciones que presenta no son complacientes. El filme nos introduce en la vida de Pansy (Marianne Jean-Baptiste) una mujer profundamente deprimida que se encuentra en guerra con el mundo. Sus quejas y agresiones verbales hacia todo aquel que se atraviesa en su camino son constantes y llenas de ira. Esto incluye a su esposo Curtley (David Webber) y su hijo Moses (Tuwaine Barrett) quienes han optado, como mecanismo de defensa, por no contestar ninguno de sus crueles comentarios. La relación entre padre e hijo, aunque no tan problemática, luce triste y cargada de resignación. La única persona que trata de combatir la furia de Pansy es su hermana Chantelle (Michele Austin), quien vive con sus hijas Kayla y Aleisha (Ani Nelson y Sophia Brown). La dinámica familiar de Chantelle es totalmente opuesta a la de Pansy. En su hogar existe comunicación y una mirada positiva de la vida, aunque las circunstancias no siempre sean favorables.

El legendario director inglés Mike Leigh (“Secretos y Mentiras”, “Vera Drake” entre otras), quien también es el autor del guion, no está interesado en desarrollar una trama. Su intención es hacernos testigos de un universo complejo con dos visiones de familia que se contraponen. Aunque no se describen las circunstancias específicas que marcaron las vidas de las hermanas, está claro que el crecimiento de ambas fue conflictivo. Aquí vemos las dos posiciones: Una dictada por la depresión y el miedo; y la otra por la resiliencia y la esperanza de que las cosas pueden mejorar.

“Mi Única Familia” no emite juicios. No sataniza la rabia de Pansy, ni santifica o sobredimensiona la buena actitud de Chantelle. Examina las dos realidades y muestra como interactúan una con la otra. Y esto lo hace de forma orgánica, y en algunos momentos minimalista. Obviamente es más fácil empatizar con Chantelle pero la película evita presentar a Pansy como la mala de la historia. Aunque es un personaje difícil de tragar se encuentra tan bien construido que en algunos pasajes podemos sentir su dolor e incluso tratar de entenderlo.

Todos los miembros del reparto están muy bien en sus respectivos papeles. Pero es la interpretación de Marianne Jean-Baptiste la que queda grabada en la memoria. La actriz desarrolla su personaje con una honestidad tremenda y sin concesiones mostrándonos un ser roto que ha perdido la conexión con casi todo lo que la rodea. La actriz ya había trabajado con Leigh en “Secretos y Mentiras” obteniendo una nominación a los Premios de la Academia como Mejor Actriz de Reparto. Aquí su trabajo es aun mejor. Para mi es inexplicable que no haya sido nominada a Mejor Actriz en la última edición de los mencionados Premios.

“Mi Única Familia” es una buena película. Pero debo decir que puede ser una experiencia frustrante para algunos. No es un título para entretener o para desconectarse de los aspectos no tan gratos de la vida. Además, no ofrece un final feliz ni respuestas concretas acerca de cómo afrontar la depresión, propia o de seres queridos. Sin embargo, es un drama que expone las adversidades cotidianas con respeto y buen oficio.

 

Ramiro Cardozo B.-

Monday, April 14, 2025

Anora



Anora (Mikey Madison), prostituta estadounidense de ascendencia rusa, es requerida por el dueño del club nudista donde trabaja para atender a Iván (Mark Eydelshteyn) un joven ruso miembro de una de las familias más ricas y poderosas de su país. Este, atraído por la personalidad y energía sexual de nuestra protagonista, le ofrece una gran cantidad de dinero para que pase varios días con él en una dinámica llena de derroche, alcohol, sexo y drogas. Dentro de este ambiente de desenfreno le ofrece matrimonio y la pareja termina casada en Las Vegas. Una vez conocida la noticia, los padres de Iván (Aleksei Serebryakov, y Darya Ekamasova) deciden viajar a EEUU para anular el matrimonio lo antes posible. Mientras tanto un trio de criminales (Karren Karagulian, Vache Tovmasyan, y Yura Borisov), que trabajan para la familia, aparecen en la casa donde están ubicados los recién casados para custodiarlos hasta la llegada de sus empleadores. Iván escapa y se inicia una búsqueda nocturna por la ciudad de Nueva York.

“Anora” utiliza la premisa de la exitosísima “Mujer Bonita” (una trabajadora sexual de buen corazón que se enamora de un millonario y hace que él valore las cosas importantes de la vida + final feliz) y la desmitifica a punta de golpes de realidad cruda y sin sensiblerías. Sean Baker (Red Rocket, The Florida Project) dirige y escribe con destreza y compromiso. El artista neoyorquino acciona cambios de tonalidad y géneros jugando con nuestras expectativas. En algunos momentos su película es un relato de juventud desbocada con absoluta franqueza sexual, luego se convierte una comedia física estilo los tres chiflados con un toque de locura contemporánea, se permite hacer algunos comentarios sociales, y termina con un tono triste y poético.

Aunque la obra es manejada con eficiencia, hay una porción que me pareció algo irregular. Todo el proceso de búsqueda de Iván, donde los personajes pasan gran parte del tiempo en un vehículo, se me hizo bastante repetitivo y me cansó un poco. Esto hace que el ritmo sufra y pierda fluidez. Sin embargo, las cosas retoman velocidad y se animan una vez aparecen los padres para recobrar la soltería de su hijo.

Además de los esfuerzos de Sean Baker como director, el otro elemento que hace que “Anora” sea relevante es el trabajo de Mikey Madison en el papel titular. La interprete, que se llevó el Oscar como Mejor Actriz, se desempeña con soltura y naturalidad. Madison transmite la honestidad y el instinto de supervivencia de su personaje con gran claridad. Sin duda, un muy buen trabajo. Como Iván, Mark Eydelshteyn plasma de forma efectiva la absoluta irresponsabilidad y la poca empatía hacia los demás que caracterizan a su personaje hasta el punto de tornarse repulsivo. Yura Borisov como Igor, uno de los tres guardaespaldas /delincuentes, es el otro lado de la moneda. Detrás de un aspecto rudo el actor construye a un individuo que se va sensibilizando con la situación de Anora convirtiéndose en un aliado y vislumbrando un interés romántico. Aunque sus nominaciones a varios Premios como Mejor Actor de Reparto me parecen exageradas, es una digna labor.

“Anora”, que fue galardonada con 5 Oscars (Mejor Película, Director, Guion Original, Edición, y la ya mencionada estatuilla para Madison) es una obra competente que ofrece una óptica fresca de un tipo de historia generalmente llena de clichés y elementos complacientes. Si debo decir que no me parece ni cercana a ser la mejor película del año y que algunos de los Premios que recolectó no los veo del todo merecidos.  Pero no hay que negar que es una película apreciable gracias a la singularidad que le imprime su director y al inspirado trabajo protagónico de Mikey Madison.  

 

Ramiro Cardozo B.-


Saturday, April 12, 2025

Una Mirada al Pasado Reciente: La Vida de los Otros (Das Leben der Anderen) 2006

 

Acreedora del Oscar a la Mejor Película Extranjera del año 2006, y dirigida y escrita por Florian Henckel von Donnersmarck “La Vida de los Otros” nos traslada a los últimos años del sistema socialista de Alemania Oriental. La obra nos cuenta una historia de intromisión gubernamental en la vida de una pareja de intelectuales, el escritor Georg Dreyman (Sebastián Koch) y la Actriz Chrsita-Maria Sieland (Martina Gedeck), quienes tratan de mantenerse activos dentro de un ordenamiento que fiscaliza cualquier tipo de manifestación artística censurando todas las manifestaciones creativas que puedan ser contrarias a sus doctrinas.

La vida diaria de los mencionados creadores es minuciosamente documentada por el funcionario de la Stasi, Policía Secreta de la Alemania Socialista, Capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe) quien se encuentra convencido que Dreyman está involucrado en movimientos subversivos. A medida que avanza la investigación, este abnegado socialista comienza a ver de cerca las contradicciones e hipocresías de un régimen al que ha dedicado toda su vida. Poco a poco la función de garante de un sistema autoritario comienza a desvirtuarse dentro del espíritu de un hombre cuya vida es triste e implacablemente solitaria. Wiesler comienza a experimentar respeto por Dreyman y a sensibilizarse ante la difícil situación de Sieland quien se encuentra a merced de los apetitos sexuales de un alto funcionario del gobierno. De forma paulatina el verdugo de la pareja se transforma en una especie de guardaespaldas que trata, a medida de sus posibilidades, de evitar que sus investigados sean puestos a la orden del régimen.

“La Vida de los Otros” mezcla elementos emotivos e intelectuales de manera admirable. Todos los aspectos de la obra se encuentran confeccionados con cuidado y elegante sobriedad. La atmósfera represiva se construye sin efectismos y todo lo relacionado con las investigaciones de la Stasi se recrea en concordancia con las estrategias utilizadas por esta institución en tiempos en que la democracia era una mera fantasía. Las situaciones se desarrollan de una manera íntima y siempre envolvente. Uno de los mayores aciertos de Von Donnersmarck es no dejar que los factores políticos e ideológicos de la historia eclipsen el elemento humano. El trío protagónico es el motor de la pieza y el director se asegura de crear individuos con los que el espectador se pueda identificar.

Sebastián Koch construye a Dreyman imprimiéndole ética y honestidad. Martina Gedeck realiza una excelente labor como una mujer obligada a actuar en contra de sus principios y emociones. El trabajo Ulrich Mühe (quien lamentablemente falleció víctima de cáncer a menos de un año de ser estrenada la película) es brillante. El inspirado interprete transmite los cambios internos del Capitán Gerd Wiesler de una manera conmovedora casi sin mediar palabra. Utilizando un lenguaje corporal, que se centra en la mirada como principal instrumento de expresión, Mühe plasma en pantalla los conflictos morales de su personaje con absoluta transparencia y naturalidad permitiéndonos ser partícipes de un cambio de perspectiva donde termina ganando la humanidad sobre las posturas políticas. Un irrefutable ejemplo de excelencia histriónica.

“La Vida de los Otros” es un filme prácticamente perfecto que recrea un periodo oscuro y asfixiante de la historia alemana. La pieza ciertamente posee elementos tristes y sombríos, pero se encuentra desarrollada de una manera sensible e inspiradora que permanecerá en la memoria de los amantes del buen cine. Excelente desde todo punto de vista.

 

Ramiro Cardozo B.-

Tuesday, April 01, 2025

Emilia Pérez

 


Juan “Manitas” Del Campo, poderoso capo del narcotráfico mexicano, decide darle una vuelta definitiva a su vida sometiéndose a una transición de hombre a mujer. En pro de lograr este objetivo contrata a la abogada Rita Castro (Zoe Saldaña) para que se encargue de que todo el proceso sea llevado a cabo con éxito. Una vez que el cambio de género es realizado, Manitas se convierte en Emilia Pérez (ambos roles interpretados por Karla Sofia Gascón). Con el apoyo de Rita, Emilia trata de redimirse por los crímenes cometidos en su vida anterior y mantener cerca a sus hijos y a su exmujer Jessi (Selena Gómez).

Ya es peculiar que un relato enmarcado en el mundo del narcotráfico tenga como tema principal la transexualidad y el director francés Jacques Audiard (autor de la excelente “Un Profeta”, y la muy recomendable “Oxido y Hueso”) lo hace aún más distintivo convirtiéndolo en un musical. Esta combinación de elementos disimiles puede parecer interesante en papel, y todo dependía de la ejecución.

Pido disculpas si de ahora en adelante puedo tener una tonalidad un poco radical y aclaro que esto es solo una opinión, Pero, desde mi punto de vista, esta es una de las peores películas que he visto en los últimos años.

El filme se desarrolla en México y no hay la mínima intención de representar la cultura de ese país de manera real. Los números musicales son tontos y bastante frívolos con relación a los asuntos a los que se refieren. La canción “La Vaginoplastia” es especialmente superficial. Este tema ejemplifica la poca seriedad y la falta de estudio sobre la transexualidad que transpira durante toda la duración de la película.

Hay muchos que, inexplicablemente, han defendido a Selena Gómez en su rol de Jessi. Y más inexplicable es que haya sido nominada en varias premiaciones como Mejor Actriz de Reparto (Bafta, Globos de Oro). Su trabajo es espantoso. El personaje al que le da vida supuestamente habla español y no solo lo habla mal, sino que hay momentos en que no se entiende lo que dice. Y más allá de su deficiente manejo del idioma, su interpretación es insulsa y carente de fluidez. No tengo nada en contra de esta artista, pero su desempeño aquí es tan mediocre que raya en lo ofensivo. Karla Sofia Gascón está un poco mejor en el papel que le da nombre a la película, pero me parece muy sobrevalorada. Siento que su nominación a los Oscar no fue merecida y más aún si tomamos en cuenta excelentes trabajos que quedaron por fuera (Saoirse Ronan en “The Outrun”, y Marianne Jean-Baptiste en “Hard Truths” son dos buenos ejemplos). Zoe Saldaña, quien se llevó a casa el Premio de la Academia a Mejor Actriz de Reparto, luce generalmente correcta. Pero en ciertos momentos parece no tener completo control de su personaje. La mejor actuación de la pieza, y la que ha tenido menos reflectores, es la de Adriana Paz en el papel de Epifania (amante de Emila). La actriz mexicana nos regala el único personaje que se siente legítimo, coherente, y conectado al medio ambiente en el que la historia se desarrolla.

No voy a profundizar en temas políticos o agendas, pero no hay nada que justifique las 13 nominaciones a los Oscar que “Emiia Perez” obtuvo en la edición 97 de estos Premios. Aunque para mí no se merecía ninguna, incluso en las dos categorías en las que resultó ganadora, entiendo que por ser una pieza tan particular tenga sus admiradores. E incluso que algunos artistas del calibre de Guillermo Del Toro, Denis Villeneuve, o Meryl Streep la apoyen con la misma pasión con la que otros la odian. Pero forzar sus nominaciones en categorías donde no tenía cabida (Mejor Edición dejando fuera a “Dune: Part Two”; Mejor Maquillaje y Peinados ignorando nuevamente a “Dune: Part Two”; Mejor Cinematografía pasando por alto el magnífico trabajo en este rubro de “Conclave”) termina resultando sospechoso e infinitamente injusto. Hace unas semanas bromeaba con un amigo comentando que lo que faltaba era que la nominaran a Mejores Efectos Especiales o a Mejor Corto Animado.

“Emilia Pérez”, con excepción de la labor de Adriana Paz, no tiene muchos elementos que la rediman. Una narrativa irregular y pretenciosa, un guion lleno de artificios que intensifican su carencia de autenticidad, unas interpretaciones que lucen desconectadas del contexto de la historia, y la prepotencia de un director al no le interesó plasmar los temas que expone con sensibilidad y respeto, hacen que esta película sea inolvidablemente mala.

 

Ramiro Cardozo B.-