Racine Ccs

Tuesday, April 01, 2025

Emilia Pérez

 


Juan “Manitas” Del Campo, poderoso capo del narcotráfico mexicano, decide darle una vuelta definitiva a su vida sometiéndose a una transición de hombre a mujer. En pro de lograr este objetivo contrata a la abogada Rita Castro (Zoe Saldaña) para que se encargue de que todo el proceso sea llevado a cabo con éxito. Una vez que el cambio de género es realizado, Manitas se convierte en Emilia Pérez (ambos roles interpretados por Karla Sofia Gascón). Con el apoyo de Rita, Emilia trata de redimirse por los crímenes cometidos en su vida anterior y mantener cerca a sus hijos y a su exmujer Jessi (Selena Gómez).

Ya es peculiar que un relato enmarcado en el mundo del narcotráfico tenga como tema principal la transexualidad y el director francés Jacques Audiard (autor de la excelente “Un Profeta”, y la muy recomendable “Oxido y Hueso”) lo hace aún más distintivo convirtiéndolo en un musical. Esta combinación de elementos disimiles puede parecer interesante en papel, y todo dependía de la ejecución.

Pido disculpas si de ahora en adelante puedo tener una tonalidad un poco radical y aclaro que esto es solo una opinión, Pero, desde mi punto de vista, esta es una de las peores películas que he visto en los últimos años.

El filme se desarrolla en México y no hay la mínima intención de representar la cultura de ese país de manera real. Los números musicales son tontos y bastante frívolos con relación a los asuntos a los que se refieren. La canción “La Vaginoplastia” es especialmente superficial. Este tema ejemplifica la poca seriedad y la falta de estudio sobre la transexualidad que transpira durante toda la duración de la película.

Hay muchos que, inexplicablemente, han defendido a Selena Gómez en su rol de Jessi. Y más inexplicable es que haya sido nominada en varias premiaciones como Mejor Actriz de Reparto (Bafta, Globos de Oro). Su trabajo es espantoso. El personaje al que le da vida supuestamente habla español y no solo lo habla mal, sino que hay momentos en que no se entiende lo que dice. Y más allá de su deficiente manejo del idioma, su interpretación es insulsa y carente de fluidez. No tengo nada en contra de esta artista, pero su desempeño aquí es tan mediocre que raya en lo ofensivo. Karla Sofia Gascón está un poco mejor en el papel que le da nombre a la película, pero me parece muy sobrevalorada. Siento que su nominación a los Oscar no fue merecida y más aún si tomamos en cuenta excelentes trabajos que quedaron por fuera (Saoirse Ronan en “The Outrun”, y Marianne Jean-Baptiste en “Hard Truths” son dos buenos ejemplos). Zoe Saldaña, quien se llevó a casa el Premio de la Academia a Mejor Actriz de Reparto, luce generalmente correcta. Pero en ciertos momentos parece no tener completo control de su personaje. La mejor actuación de la pieza, y la que ha tenido menos reflectores, es la de Adriana Paz en el papel de Epifania (amante de Emila). La actriz mexicana nos regala el único personaje que se siente legítimo, coherente, y conectado al medio ambiente en el que la historia se desarrolla.

No voy a profundizar en temas políticos o agendas, pero no hay nada que justifique las 13 nominaciones a los Oscar que “Emiia Perez” obtuvo en la edición 97 de estos Premios. Aunque para mí no se merecía ninguna, incluso en las dos categorías en las que resultó ganadora, entiendo que por ser una pieza tan particular tenga sus admiradores. E incluso que algunos artistas del calibre de Guillermo Del Toro, Denis Villeneuve, o Meryl Streep la apoyen con la misma pasión con la que otros la odian. Pero forzar sus nominaciones en categorías donde no tenía cabida (Mejor Edición dejando fuera a “Dune: Part Two”; Mejor Maquillaje y Peinados ignorando nuevamente a “Dune: Part Two”; Mejor Cinematografía pasando por alto el magnífico trabajo en este rubro de “Conclave”) termina resultando sospechoso e infinitamente injusto. Hace unas semanas bromeaba con un amigo comentando que lo que faltaba era que la nominaran a Mejores Efectos Especiales o a Mejor Corto Animado.

“Emilia Pérez”, con excepción de la labor de Adriana Paz, no tiene muchos elementos que la rediman. Una narrativa irregular y pretenciosa, un guion lleno de artificios que intensifican su carencia de autenticidad, unas interpretaciones que lucen desconectadas del contexto de la historia, y la prepotencia de un director al no le interesó plasmar los temas que expone con sensibilidad y respeto, hacen que esta película sea inolvidablemente mala.

 

Ramiro Cardozo B.-